Sin testigos. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) juzga este miércoles a la actual consellera de Acción Exterior, Meritxell Serret, por desobediencia al Tribunal Constitucional (TC) por impulsar el Referéndum del 1-O y las leyes de desconexión, el otoño del 2017, cuando era consellera de Agricultura. Lo que más sorprende del juicio a Serret es que ni acusaciones (Fiscalía, Abogacía del Estado y Vox) ni su defensa, ejercida por el abogado Iñigo Iruín, no han pedido que declare ningún testigo, un hecho habitual en los juicios de conformidad. No obstante, este lunes, Serret afirmaba: "No doy las batallas por perdidas. Pero hoy por hoy no lo puedo descartar y me mentalizo", haciendo referencia que el TSJC pueda condenarla.
La Fiscalía pide para la republicana un año de inhabilitación a cargo público y pagar una multa de 12.000 euros, casi la mitad de la pena que el Tribunal Supremo condenó a sus excompañeros de Gobierno, Meritxell Borràs, Carles Mundó y Santi Vila.
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Concentración de apoyo
ERC ha informado que una comitiva de Esquerra Republicana encabezada por el presidente del partido, Oriol Junqueras, la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, el vicesecretario de prospectiva, Agenda 2030, Transición Ecológica y Deportes, Raül Romeva, y la exconsellera Dolors Bassa acompañarán este miércoles la consellera Meritxell Serret hasta las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), en el juicio por su actuación el 1 de octubre de 2017. Ha detallado que también la apoyarán, entre otros, la secretaria general adjunta, Marta Vilalta, el candidato a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, la vicesecretaria de Drets, Libertades y Lucha anti-represiva, Marta Vilaret, la vicesecretaria de Partit Obert y Movimientos Sociales, Adriana Delgado, y una delegación del grupo republicano en el Parlament de Catalunya.
Un ejemplo para el juez Llarena
El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena citó el caso de la consellera Serret, en su resolución de la semana pasada, para descartar su falta de imparcialidad en la causa contra los independentistas catalanes, como denuncia las defensas del president Carles Puigdemont. "Ningún observador imparcial podría sospechar una falta de imparcialidad por la reclamación de los fugados cuando Meritxell Serret Aleu, una de las procesadas que compartía su situación de rebeldía, compareció voluntariamente ante este instructor, y se acordó inmediatamente su libertad, quedando sujeto a lo que decida la sala de enjuiciamiento del Tribunal Supremo". El Supremo derivó Serret al TSJC porque por su cargo de aforada tiene que ser juzgada en el alto tribunal catalán. Lo mismo hizo la cupaire Anna Gabriel, pero el juez Llarena no lo ha citado en su auto, como a Serret.
La exconsellera de Cultura, Clara Ponsatí, que este martes volvió a Catalunya después de cinco años en el exilio, ha criticado abiertamente Serret por personarse ante el juez Llarena y ha asegurado que ella no lo hará. Ponsatí fue detenida por los Mossos y pasó más de cuatri horas en el juzgado de guardia de Barcelona, esperando una respuesta del Supremo.