La abogada de Josep Lluís Trapero, Olga Tubau, ha entrado fuerte en su interrogatorio al teniente coronel de la Guardia Civil que dirigió toda la investigación contra el procés. A diferencia de la declaración ante el fiscal, Daniel Baena, ha respondido más concretamente a preguntas directamente dirigidas a desmontar su tesis de la conspiración entre los Mossos y el Gobierno.
Tubau ha desmontado una supuesta reunión secreta que Baena había relatado minutos antes ante las preguntas de la fiscalía. La base de la acusación es un supuesto mail que intervinieron a Puigdemont, que ni está claro que recibiera Trapero, ni deja constancia clara que realmente se hiciera ninguna reunión y que en esta reunión hubiera el mayor de los Mossos.
Daniel Baena ha hecho una declaración inspirada, más propia de un perito que de un testigo. Pocas preguntas y respuestas muy largas fuera de contexto. Hasta el punto de explicar la supuesta reunión secreta entre Puigdemont y Trapero que la sonrisa del mismo fiscal Pedro Rubira ha hecho abrir todas las dudas.
El teniente coronel ha detallado que tenían los correos del presidente Carles Puigdemont intervenidos y por eso tuvieron conocimiento. Según Baena, en esta reunión Puigdemont agradece al mayor el trabajo hecho por los Mossos en el referéndum del 1-O.
La fiscalía ha pedido incluir como prueba el correo de Puigdemont, las defensas nuevamente se han negado y finalmente el Tribunal lo ha desestimado. Y Olga Tubau ha llegado a desmontar minutos después la supuesta reunión secreta conspiratoria que intentaba validar Baena para inculpar a Trapero.
El 20-S
Tubau ha ido desmontando poco a poco al testimonio de Baena. Como el hecho de que no se hiciera el perímetro de seguridad ante la conselleria de Economía, aunque la Guardia Civil lo pidiera.
Durante el relato del 20-S, Olga Tubau también le ha arrancado a Daniel Baena una declaración que puede ser clave para salvar la intendente Teresa Laplana: "La conducta individual de los Mossos d'Esquadra no constituía un delito de sedición".
Trapero no se ha podido reprimir de remarcarle a su abogada que la policía pidió perímetros en todas partes, donde hacían falta y donde no, donde había grandes concentraciones de gente y donde no, desmontando también este argumento como fundamental en el presunto delito de sedición del 20-S.