Los esfuerzos de Pere Aragonès, en vano. A pesar de los intentos del presidente de la Generalitat de fortalecer el acuerdo de claridad y ganar adeptos, el resto de partidos del arco independentista --y también más allá-- escenifican públicamente su desinterés por la propuesta. Después de anunciarlo durante el debate de política general del pasado septiembre, Aragonès presentó este pasado martes el proceso que tendría que conducir a la concreción de lo que es su apuesta para encontrar una salida al conflicto político de Catalunya con el Estado.
Pero los exsocios del Govern de los republicanos, y segunda fuerza del independentismo, no lo ven nada claro. Ya lo hizo este sábado la presidenta de Junts, Laura Borràs, durante su intervención en un acto municipal del partido, en el que fue tajante. "Antes ERC decía que era una pérdida de tiempo esperar que España aceptara un referéndum, y ahora nos intenta distraer con el acuerdo de claridad", remató. Y este domingo en estado el turno del secretario general del partido, Jordi Turull, quien se ha pronunciado en la misma línea durante un acto en el Penedès. Así, el juntaire ha asegurado que la propuesta de Pere Aragonès acabará siendo "el acuerdo de la brevedad y la soledad", porque "nació muerte" al no contar con el apoyo del resto de partidos independentistas.
Turull no se ha quedado aquí, y también ha cargado contra la decisión de incorporar a la politóloga Astrid Barrio, de signo españolista, como aparte del grupo de expertos que tienen que asesorar Aragonès con el acuerdo de claridad. El secretario general ha recordado que ella "batalló" contra el independentismo, y por eso ha acusado a ERC de intentar "dormir y desmovilizar" el movimiento. Además, ha recordado que el Gobierno ya ha cerrado la puerta muchas veces a pactar un referéndum de autodeterminación en Catalunya, como también ha hecho respecto del acuerdo de claridad.
Aragonès, con pocos apoyos
El veto a la propuesta de referéndum también ha llegado desde la CUP. El martes, la diputada Laia Estrada aseguró que el planteamiento del Govern parte de una "premisa falaz", que es que el Estado se avendrá a negociar y reconocer el derecho de autodeterminación. "Eso no pasará, es una realidad que tenemos que asumir y no nos tenemos que autoengañar, sea con un gobierno del PSOE o uno del PP", afirmó la cupaire. Y así lo evidenció la portavoz socialista, Alícia Romero, que también paró los pies en Aragonès: el PSC cerró la puerta a las "propuestas divisivas" del presidente de la Generalitat. "Lo que nos hace falta es política útil, dar respuesta a las necesidades de los catalanes y la propuesta del acuerdo de claridad no va en esta línea", remató. "Nace en minoría y nos sorprende que en estos momentos de graves problemas del país, como la sequía, el presidente no dedique todos sus esfuerzos en estos temas prioritarios".