Las diputaciones se están convirtiendo en una pesadilla para el secretario general de Junts, Jordi Turull. Primero fueron las diputaciones de Lleida y Tarragona. Junts tenía a tocar un pacto con el PSC en estas dos demarcaciones, pero la dirección nacional del partido apostó por negociar con ERC y los republicanos aprovecharon el paso atrás de los juntaires para pactar con los socialistas. La pérdida de los dos entes provinciales, que Junts contaba presidir, calentó los ánimos entre los dirigentes de los respectivos territorios. Ahora, sin embargo, es la Diputación de Barcelona la que atormenta al secretario general, que se resiste a reeditar el acuerdo que cerró con el PSC la pasada legislatura, lo cual puede acabar provocando una rotura del grupo de diputados provinciales.
El viernes de la semana pasada, el secretario general de Junts y la presidenta del partido, Laura Borràs, celebraron un encuentro con los 12 diputados provinciales de Barcelona. Allí tuvieron oportunidad de escuchar las voces partidarias de reeditar el acuerdo con los socialistas, después de que la pasada legislatura ya invistieron como presidenta a Núria Marín, lo cual provocó reiterados reproches por parte de ERC.
Turull: no al PSC
Turull expuso en aquel encuentro sus reticencias a un acuerdo con el PSC a las puertas de unas elecciones generales, con el impacto que eso podría representar en las urnas, y después del revés que los socialistas propinaron a Xavier Trias en el Ayuntamiento de Barcelona. Para la cúpula de Junts, según les explicó el secretario general, la apuesta es buscar un acuerdo de los 12 diputados de Junts con los 11 de ERC y el representante de Tot per Terrassa, con lo cual tendrían 24 votos de los 51 que forman el ente. El éxito de la propuesta pasaría necesariamente por una negativa del PP a reeditar en la Diputación el mismo acuerdo que cerró con el PSC en el Ayuntamiento, dado que los socialistas tienen 17 diputados provinciales, los comunes, 5 y el PP, 4, lo cual suma 26.
Los mismos argumentos los repitió Turull ante la ejecutiva del partido, este lunes. En la reunión de la cúpula, tanto Borràs como el portavoz del partido, Josep Rius, o la candidata a las generales, Míriam Nogueras, apoyaron la tesis del secretario general, ante las voces del sector denominado pragmático del partido, que, de nuevo, advirtieron de las dificultades de plantear un acuerdo alternativo al PSC. Al acabar la reunión el portavoz del partido aseguró que la propuesta de Junts pasa por buscar un acuerdo alternativo con ERC.
Malestar en el territorio
El mismo lunes Turull mantuvo una reunión con los presidentes comarcales de Junts en la demarcación de Barcelona y con alcaldes de los respectivos municipios, y de nuevo se repitió la escena de las explicaciones del secretario general y las advertencias de las voces del territorio alertando sobre la necesidad de mantener la presencia en la Diputación. Los alcaldes argumentaron que la Diputación de Barcelona es un ente esencial para los consistorios, especialmente los pequeños y medios para los cuales representa una mayor acceso a las inversiones, en obras básicas del territorio pero también un importante apoyo logístico y asesoramiento.
Estas voces del territorio tampoco esconden la perplejidad ante la posibilidad de quedar fuera de la Diputación teniendo un acuerdo al alcance y después del revés que les representó quedar fuera del Govern.
Rotura del grupo
El malestar ante la decisión de la cúpula de Junts ha llegado al punto que dos de los diputados provinciales, el alcalde de Igualada, Marc Castells, y el alcalde de Torrelles de Foix, Sergi Vallès, podrían estar dispuestos a romper la disciplina del grupo de Junts y apoyar un gobierno de PSC y comunes, según avanzó esta semana La Vanguardia. Tanto Castells como Vallès se incorporaron a la candidatura de Junts en las municipales como representante de Junts por Igualada, en el caso de Castells, y con la plataforma Impulsem Penedès, en el caso de Vallès. Los dos se mueven de manera coordinada y, según fuentes de la formación, están decididos a sacar adelante aquello que decidan las respectivas bases, las cuales no se sienten en absoluto concernidas por la decisión de la cúpula de Junts.
Ni Castells ni Vallès se ha pronunciado públicamente. De hecho, dirigentes del partido confiesan las dificultades para contactar con ellos, a pesar de que sí matienen el hilo de diálogo con la cúpula del partido. El miércoles pasado Turull convocó una nueva reunión con los diputados provinciales, a la cual ni el alcalde de Igualada ni el de Torrelles de Foix se presentaron, lo cual atizó aún más la imagen de una ruptura y ha obligado a Turull a emplearse a fondo para intentar evitarla.
Desde el partido se contempla con pavor la escena. Algunos dirigentes de la formación hablaban esta semana de un Tamayazo, en referencia a Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, dos diputados tránsfugas del PSOE a la Asamblea de Madrid que en junio del 2003 impidieron la investidura del socialista Rafael Simancas y abrieron la puerta a unas nuevas elecciones de las cuales saldría la presidencia de Esperanza Aguirre.
En cualquier caso, y más allá de que Turull consiga reconducir la situación y recomponer la grieta, cuadros y dirigentes territoriales empiezan a cuestionar abiertamente la estrategia del secretario general, a quién responsabilizan de haber favorecido el pasado mes de octubre la salida de Junts del Govern de la Generalitat y, ahora, le culpan de no haber conseguido garantizar la presencia de Junts en el gobierno de las diputaciones catalanas, a pesar de haberlas tenido al alcance.