El consejo nacional de Junts, reunido este sábado, le ha servido al secretario general del partido, Jordi Turull, para sacar pecho del trabajo hecho por la formación, con la amnistía, las elecciones y la Mesa del Parlament, y para advertir de que no tienen intención de ceder en la apuesta por restituir a Carles Puigdemont como president de la Generalitat. Turull ha asegurado que Catalunya se encuentra en un momento decisivo, una encrucijada, que marcará las próximas generaciones y tendrá que decidir entre hacer president a Puigdemont y lo que representa como ambición de país, o al primer secretario del PSC, Salvador Illa, que, según ha dicho, "representa el PSC que iba con Sociedad Civil Catalana o el PSC que aquellos que son de Lérida o el Bajo Llobregat ya se pueden empezar a acostumbrar a esta nomenclatura. Nunca defenderán a los catalanes por delante del PSOE, no lo querrán molestar", ha remachado.

Junts ha celebrado su consejo nacional este sábado en Bolvir (Cerdanya). La misma semana en que el Parlament ha puesto en marcha el plazo de dos meses para conseguir investir a un president de la Generalitat antes de que la cámara se autodisuelva y se vuelvan a convocar elecciones. "La principal encrucijada es si tenemos un president y un Govern que crea en el país y en la nación milenaria que tiene derecho a todo, si va hacia Puigdemont, o hacia un president que ya nos ha dicho que su objetivo es pasar página de todo, que defiende el café para todos, como una comunidad autónoma más, un president que solo lleva en el corazón y la cabeza al PSOE. El reto es ingente, pero lo asumimos. A nosotros nos toca defender al país. A otro, defender a un partido político. No daremos nada por perdido, como hemos hecho con la Mesa del Parlament", ha asegurado Turull, en referencia al hecho de que Josep Rull ha sido designado presidente de la cámara.

Mensaje a ERC

Siguiendo este hilo y en un mensaje implícitamente dirigido a ERC, cuyos votos son decisivos en esta disyuntiva, Turull ha defendido la coherencia, la firmeza y la unidad, no solo como criterio de Junts, sino del independentismo en general, porque permite resultados tangibles para el conjunto del país. En cambio, "moverse para quedar bien, la impaciencia, la soberbia, el hacerse el milhombres o el pitufo gruñón permanente no lleva a ningún sitio, no consigue nada".

 

El secretario general ha reprochado que el PSC nunca prioriza defender a Catalunya por delante de defender al PSOE, pero que para llegar al poder son capaces de vender lo que haga falta, dispuestos a lo que haga falta, como demostraron el viernes, cuando pasaron de denunciar ante el Tribunal Constitucional el voto telemático en el Parlament a querer liderar la reforma del reglamento para hacer posible el voto de los exiliados.

Aviso a Sánchez

En este punto, ha reprochado que ahora se sitúe la financiación como moneda de cambio para la investidura. "¿Cómo pueden decir desde Madrid, desde la Moncloa, que la financiación que merecemos depende de que su candidato sea investido presidente o no? ¿Qué se han creído? Jugar con los intereses del país como moneda de cambio no es sectarismo, es una auténtica inmoralidad", ha denunciado. Ha advertido que Catalunya necesita una financiación propia, un concierto económico, y ha advertido a Pedro Sánchez que la negociación de la financiación propia para Catalunya no puede ir vinculada a negociación sobre quién quiere ser el president de Catalunya, sino que "tiene que ir vinculada a quién quiere seguir siendo presidente del Gobierno de España y tener presupuestos en el Estado. No como moneda de cambio para tener cualquier presidencia de la Generalitat".

Turull ha pronunciado un discurso de autoestima de Junts, ha recordado los resultados conseguidos después de que "muchos cantaban los responsos" sobre este partido. Ha subrayado el trabajo hecho en las últimas elecciones al Parlament, con la campaña de Carles Puigdemont desde Argelers, con las cuales se han obtenido unos resultados que "permiten poder aspirar a casi todo"; y ha destacado que eso se ha conseguido aunque se convocaron los comicios en el peor momento para Junts, cuando "algunos pensaron que los pillarían" sin candidato, después de una etapa desde el último congreso en que estaban terceros en todo, mientras que ahora, ha asegurado, lideran el independentismo y están en disposición de liderar el gobierno de la Generalitat con Puigdemont. "En muchos momentos de campaña en Argelers sentimos aquel orgullo y honor de formar parte de un proyecto político tan grande como Junts", ha remachado.

Los últimos en ser amnistiados

No obstante, también ha asegurado que no todos los momentos han sido buenos. Se ha referido al 30 de enero pasado, cuando Junts se negó a votar la ley de amnistía que proponía el PSOE. "Si hubiésemos llegado a votar aquella ley de amnistía, Miquel Buch, no entrabas en aquella ley de amnistía, ni la operación Judas ni los CDR. Pero aguantamos la posición y todo el mundo entrará en ella y, seguramente, porque hicimos una ley pensando en todo el mundo, dijimos que no sería una ley para VIPs, seguramente los que nos amnistiarán los últimos seremos aquellos que hemos negociado la ley", ha pronosticado.

"Si no se mezcla el agua con el aceite, como el Ayuntamiento de Barcelona. Igual que hay una mesa presidida por un independentista, también puede haber un gobierno presidido por Carles Puigdemont. Y no nos acomplejaremos", ha insistido.