Como cada 9 de abril se ha celebrado el acto de recuerdo y de homenaje al abogado, político y líder nacionalista catalán Manuel Carrasco I Formiguera, que un día como hoy de hace 87 años fue fusilado a una prisión de Burgos durante la Guerra Civil española (1936-1939). En esta ocasión, la han organizado conjuntamente Junts per Catalunya y la fundación FunDem la República en el marco del acuerdo que el partido que preside Carles Puigdemont cerró con Demòcrates el pasado octubre. El acto se ha celebrado en la plaza de la Fe del Cementerio de Montjuïc, donde descansan sus restos, y ha contado con la presencia del secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, que ha recordado la figura del histórico dirigente de Unió Democràtica y ha asegurado que "nos recuerda que el estado español ha querido aplastar la nación catalana cíclicamente desde 1714, lo han hecho con pelotones de fusilamiento, y ahora lo hacen con togas. Quieren aplastar la nación, quieren aplastar a toda la gente que se resiste que la nación catalana desaparezca", ha denunciado en el discurso que ha pronunciado en el acto en el cual también han participado al secretario general de la JNC, Aleix Agustí, la patrona de Junts en la FunDem, Titon Lailla y el nieto de Manuel Carrasco, Antoni Martí Carrasco.
Turull ha asegurado que "Catalunya es el que es, y Catalunya es, gracias a los Carrascos y Formiguera" porque sin ellos, Catalunya "no sería una nación". Pero aunque han pasado 87 años desde su ejecución, el mensaje que ha querido trasladar Junts es que la represión que ha sufrido Catalunya a lo largo del tiempo no ha acabado. "No vivimos en una situación de normalidad, hoy en este primer acto que hacemos de Junts de Catalunya y la Fundem, no soy yo el que tendría que hacer esta intervención, tendría que ser el presidente Carles Puigdemont", ha asegurado el secretario general de Junts, En su intervención, Turull ha asegurado que no ha habido evolución en el Congreso de los Diputados en relación "al hecho nacional de Catalunya": "Si lees textos del 1917 o 1920 y textos de ahora, tienes que preguntar cuáles son los de antes y los de ahora", ha subrayado.
Turull ha destacado que este primer acto conjunto de Junts y FunDem no podía tener mejor protagonismo que el de Manuel Carrasco i Formiguera, "porque religa muchas cosas: unos ideales que encarnaba él, unos valores y unas actitudes que son las que nosotros nos queremos reflejar". El secretario del partido independentista ha insistido en que "queremos ser dignos del legado de Carrasco y Formiguera, del ideal de defensa de la nación llena, próspera, con valores y actitudes, una nación que consiga en lo que puede aspirar como máximo una nación, que es a la independencia, unos ideales que compartimos, pero también los valores del cristianismo, de la solidaridad y de tener presente todo el mundo", ha expresado el secretario general de JxCat.
Un ejemplo de compromiso
A pesar del paso del tiempo, Catalunya no olvida a Manuel Carrasco i Formiguera, una figura destacada del catalanismo democristiano, defensor de los valores republicanos y de los derechos nacionales de Catalunya, que dedicó su vida al compromiso con la justicia social, el cristianismo y la democracia. Su muerte se ha convertido en un símbolo de resistencia pacífica y compromiso con los ideales democráticos, y su legado sigue vivo como ejemplo de la lucha por los derechos nacionales y humanos. Porque Carrasco i Formiguera siempre será recordado por sus profundas convicciones personales, que guiaron su vida y la actividad política, la familia, la fe, la libertad de Catalunya y la justicia social. "Lo que ha sido el lema de toda mi vida, y que llevo en el corazón, quiero que sea mi grito en este trascendental momento. ¡Viva Catalunya libre! Jesús, Jesús, Jesús...", fueron sus últimas palabras delante el piquete de ejecución.
Vida y muerte de Manuel Carrasco i Formiguera
Nacido el 3 de abril de 1890, Manuel Carrasco i Formiguera se licenció en Derecho a Barcelona y se doctoró en Madrid. Desde joven se involucró en el movimiento catalanista, primero a la Lliga Regionalista y después como fundador del partido Acció Catalana, en 1922. Fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona (1920) y diputado en las Corts por Girona durante la Segunda República española (1931-1933). También ocupó el cargo de conseller de Sanidad y Beneficencia de la Generalitat de Catalunya en 1931. El político catalanista rechazó siempre la violencia, fundó el semanario nacionalista El Estevet y fue un firme opositor a la dictadura de Primo de Rivera y en 1932 se unió a Unió Democràtica para defender un nuevo mapa confederal español.
Con el estallido de la Guerra Civil en 1936, Carrasco y Formiguera se mantuvo leal en la República, aunque su ideología democristiana lo llevó a ser perseguido tanto por sectores anarquistas como comunistas dentro del bando republicano. Eso lo obligó a trasladarse al País Vasco, donde colaboró con el gobierno del lehendakari José Antonio Aguirre como representante de la Generalitat catalana. En 1937, mientras intentaba volver al País Vasco con su familia, fue capturado por las fuerzas franquistas después de la intercepción del barco Galdames. Fue encarcelado en Burgos, torturado, sometido a un juicio sumarísimo en un consejo de Guerra y condenado a muerte el 28 de agosto de 1937 bajo acusaciones de "auxilio a la rebelión" por su lealtad a la República y su defensa del nacionalismo catalán. Pasaron ocho meses desde su detención hasta su ejecución, tiempo que Carrasco i Formiguera pasó en el corredor de la muerte. A pesar de las gestiones internacionales para evitar su ejecución, incluyendo intervenciones del Vaticano, Francisco Franco ordenó personalmente que se hiciera efectiva la sentencia de muerte como represalia ante las críticas internacionales hacia los bombardeos franquistas sobre población civil catalana (Lleida, noviembre 1937, y Barcelona, enero y marzo 1938).