“La falta de mensajes anteriores al 16 de octubre de 2024 en la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp se debe, fundamentalmente, al vaciado o borrado intencionado de todos los mensajes contenidos en las diferentes conversaciones, siendo realizada esta acción hasta dos veces el indicado día 16 de octubre”. Es la contundente conclusión a la que ha llegado la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre el móvil del fiscal general del Estado, según figura en el informe al que ha tenido acceso ElNacional.cat. Se constata así que Álvaro García Ortiz borró sus mensajes el mismo día que el Tribunal Supremo abrió una causa contra él por presunta revelación de secretos en el caso de Alberto González Amador, la pareja de Isabel Díaz Ayuso. En concreto, la UCO no ha encontrado mensajes anteriores al 16 de octubre y revela que el mensaje más antiguo es de aquel día a las 15.04 horas. El Supremo comunicó a los periodistas que abría una causa contra él a las nueve y media.
Asimismo, la UCO apunta que el fiscal general del Estado ha eliminado “recientemente” su cuenta particular de Google. Es el correo de Gmail al que pidió a la fiscal jefe provincial de Madrid que le enviara los correos entre el fiscal Julián Salto y el abogado de González Amador. “La recuperación de datos de interés en copias de seguridad almacenadas en el servicio de Google Drive no ha sido posible a causa de la eliminación deliberada de la cuenta de Google asociada a este servicio”, apunta la UCO. “Según indica el mismo proveedor de servicios, ha sido eliminado recientemente y quizás se puede recuperar”, añade. Como ya había quedado demostrado previamente, el fiscal general del Estado cambió de móvil el 23 de octubre. “Toda la información que contiene el teléfono con anterioridad a esta fecha se considera información procedente de este dispositivo u otros dispositivos utilizados con antelación, pudiendo obtener la información de copias de seguridad restauradas en el terminal analizado”, relata. Ahora bien, “no es posible recuperar mensajes borrados anteriores al 16 de octubre, ya que nunca han existido en el dispositivo analizado”, remacha.
Fue a finales de diciembre cuando la Guardia Civil encontró “cero mensajes” en aplicaciones de mensajería instantánea del teléfono del fiscal general del Estado entre el 8 y el 14 de marzo, cosa que impidió a la UCO analizar las conversaciones de WhatsApp de los días clave de la filtración del correo en el que Alberto González Amador reconocía que había cometido dos delitos fiscales. Posteriormente, la Fiscalía relató que Álvaro García Ortiz borró los mensajes fruto de un “borrado cíclico” por motivos de seguridad y de protección de datos y la Guardia Civil concluyó que cambió de teléfono siete días después de que el Supremo lo encausara. Cuando declaró como investigar, el fiscal general del Estado justificó que su móvil tiene datos “ultrasensibles”.
“No hay ninguna llamada fuera del ámbito de la Fiscalía” durante la tarde/noche de la filtración
Otro de los elementos que analiza la Guardia Civil son las llamadas de Álvaro García Ortiz entre el 8 y el 14 de marzo (la noche del 13 de marzo fue cuando trascendió a los medios de comunicación el correo en el que González Amador reconocía los delitos fiscales). La UCO reseña que el 13 de marzo por la noche, después de la noticia que publicó El Mundo, la única llamada de fuera de la Fiscalía que recibió Álvaro García Ortiz fue del periodista de la Cadena SER Miguel Ángel Campos, que no consiguió contactar con él porque en ese momento estaba hablando con la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. “No hay ninguna llamada, ni intento de comunicación con este terminal del Fiscal General del Estado, excepto esta, fuera del ámbito de la Fiscalía durante toda la tarde/noche en la que se desarrollan estos acontecimientos, al menos por este medio”, concluye la UCO.
“Los datos de mi móvil son ultrasensibles, no me puedo permitir el lujo de abandonarlo, perderlo o que llegue a manos de terceros”
Hace quince días, cuando declaró como investigado, el fiscal general del Estado justificó que el borrado de su móvil: “Acoge información que, por supuesto, puede afectar a la seguridad de este país y creo que hay muy pocas autoridades en España que puedan tener en su teléfono móvil tanta información”, defendió. Asimismo, destacó que contiene una “cantidad de datos y de informaciones absolutamente inimaginables” y argumentó que lo borra todo de una forma “absolutamente regular” porque los datos de su dispositivo son “ultrasensibles”. “Yo no puedo permitirme el lujo de abandonar, perder o que llegue en manos de terceros un terminal con la información que tengo”, remachó.
📝 El fiscal del Estado justificó en el Supremo que borró su móvil porque tiene datos “ultrasensibles”
Todo esto lo llevó a borrar los mensajes por dos motivos: ejercía su “libre derecho” a utilizar su móvil como quiera y es una “imposición legal” establecida por el Reglamento de Protección de Datos de la Unión Europea, la Ley de Protección de Datos española y la Instrucción 2/19 de la Fiscalía General del Estado. “Hay un principio básico en los datos, que es el de no conservación cuando no son necesarios, porque los datos son un patrimonio y si circulan por sitios que no deben, son un perjuicio inmenso”, argumentó. Y desmintió que borrara los mensajes para eliminar pruebas: “Si yo hubiera querido ocultar datos, habría cambiado cuándo se eleva la exposición razonada del Tribunal Superior de Justicia de Madrid o cuándo el Supremo acepta la exposición razonada”. “No iba a exponer mis datos durante seis días a la ligera”, concluyó.