Davyd Hicks, secretario general de la Red Europea para la Igualdad Lingüística (ELEN), ha reclamado en una entrevista en el ACN que la Unión Europea multe a los Estados que permitan la discriminación lingüística. En el 25º aniversario de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias (CELRM), Davyth Hicks ha denunciado que la UE no hace bastante por las lenguas minoritarias: "Queremos que la UE sea un poco más activa, ¡hay tantos problemas!", ha lamentado Hicks. "La UE tradicionalmente ha dado apoyo a las lenguas minoritarias, aunque de una manera muy sutil. Pero este apoyo ha disminuido en los últimos 10 años", ha apuntado. Y propone que sancione en aquellos estados que no respetan los derechos lingüísticos. Haciendo una referencia a la discriminación del catalán, ha pedido que se multe a un Estado "cuando alguien sea arrestado o golpeado por utilizar la lengua oficial en el país, como pasa en muchos casos con el catalán".
Una carta que no avanza
El año 1992 el Consejo de Europa aprobó la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias (CELRM), pero coincidiendo con su 25º aniversario, un informe reciente del Parlamento Europeo afirmaba que "la situación actual no es la más favorable para hacer grandes esfuerzos" económicos en materia lingüística. Una situación que desde el ELEN quieren revertir. El último motivo de preocupación para esta organización, que defiende la igualdad lingüística, la protección y la promoción de las lenguas europeas menos habladas, ha sido la negativa del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, a permitir a los eurodiputados hablar en lenguas no oficiales en motivo del 25º aniversario de la CELRM. Algunos de ellos lo desobedecieron y siguieron la iniciativa propuesta por el Intergrupo de Minorías Tradicionales, Comunidades Nacionales y Lenguas del Parlamento Europeo, haciendo sus intervenciones en su lengua materna, algunos de ellos en catalán.
Terricabres, con el ELEN
"El plurilingüismo es un hecho intocable. La gente seguirá hablando su lengua y cada vez con más conciencia", subraya el eurodiputado de ERC Josep Maria Terricabras, copresidente del Intergrupo de Minorías Tradicionales, Comunidades Nacionales y Lenguas del Parlamento Europeo, y promotor de la iniciativa. Después de que Tajani no aceptara la propuesta de su intergrupo, el eurodiputado catalán lamenta que el presidente del Parlamento Europeo no dé apoyo al plurilingüismo, "tal como había hecho antes de ser elegido". "Las instituciones europeas tienen política con poca visión de futuro", dice el eurodiputado republicano. A largo plazo, Hicks reconoce que desde su organización se ponen como horizonte una directiva lingüística que contemple más derechos y que proteja las lenguas europeas que están en peligro. "Pero vamos trabajando paso a paso", concluye. Desde ELEN, consideran que lo primero que hace falta es que la UE aplique "procedimientos de infracción cuando no se respetan los derechos lingüísticos". Es decir, multando por motivos de lengua igual que lo hace por desobedecer en la política de refugiados o en materia de competencia económica.
Discriminación para todos los minoritarios
En Europa, "la discriminación lingüística es un hecho que sucede cada día", afirma Hicks. Entre 40 y 50 millones de europeos hablan una lengua considerada minoritaria. En la UE conviven más de 80 lenguas. Pero sólo 24 son oficiales, mientras que 60 son reconocidas como regionales o minoritarias. A pesar de que comparado con otros continentes Europa es mayoritariamente homogénea lingüísticamente, según la UNESCO, muchas de estas lenguas "se encuentran en una situación de peligro". Fruto de esta preocupación, precisamente, se aprobó la CELRM. "Antes de la CELRM no había nada", remarca el secretario general de ELEN. "Todavía ahora es un elemento muy importante para las lenguas minoritarias, pero lo fue especialmente en el momento en que se creó", matiza Hicks.
Responsabilidad de los Estados
La finalidad de la Carta, sin embargo, es puramente cultural, ya que reconoce las lenguas como "una expresión de cultura y como una contribución a mantener y desarrollar las tradiciones y la riqueza cultural de Europa", según indica su preámbulo. Sin embargo, Hicks recuerda que "la ratificación de la CELRM forma parte de los criterios de adhesión a la UE" y que "son los estados los que tienen que implementarla". "Y aquí es cuando viene el problema. ¿Cómo lo hacemos para que los estados lo implementen adecuadamente"?, se pregunta Hicks. "Es una muy buena carta, pero sólo funciona si los estados lo implementan correctamente", añade. El Estado español es uno de los países que ha ratificado la CELRM, que entró en vigor en agosto del 2001 y que, actualmente, forma parte del ordenamiento jurídico español. Por lo tanto, mediante la Carta, el Estado español se compromete a defender y no obstaculizar el uso de las lenguas regionales o minoritarias que se hablan en su territorio.
Sin ratificar
Pero "en todos estos años no lo han firmado todavía todos los estados europeos", lamenta el eurodiputado Terricabras. Francia, por ejemplo, es uno de los países que todavía hoy no ha ratificado la CELRM. Además, el eurodiputado catalán insiste que aunque en estos 25 años ha mejorado "la sensibilidad hacia las lenguas minoritarias en la UE", muchas "no es que sean minoritarias, sino minorizadas". "Todavía no hay una situación de normalidad" defiende Terricabras, que cree que el problema es que "las instituciones europeas se basan en las lenguas oficiales de los estados". En realidad, son los estados los que deciden el status de las lenguas que se hablan en su territorio. "Estoy seguro de que la UE querría hacer más, pero la política lingüística todavía sigue siendo competencia de los estados y no puede intervenir", añade Hicks.