El ultra Miguel Frontera ha quedado absuelto de acosar a Pablo Iglesias e Irene Montero durante meses. El juzgado de lo penal número 14 de Madrid ha decidido este lunes exculparlo de todos los cargos que se le imputaban por haber perseguido durante siete meses del 2020 al exvicepresidente del Gobierno y exlíder de Podemos y a la eurodiputada morada, así como a los hijos que tienen en común, en las puertas de su chalet en la localidad madrileña de Galapagar. La magistrada encargada del caso, Belén Pérez, justifica en la sentencia que no hay pruebas suficientes que determinen que la intención de Frontera fuera "vigilar" a los políticos, "buscar su proximidad física" o directamente establecer contacto con ellos. Según indica en el escrito, las injurias por los insultos que les lanzaba también han prescrito, aunque haya quedado de patente que eran prácticas delictivas. La fiscalía pedía 12 meses de prisión por Descubrimiento y revelación de secretos, y dos años más por Injurias y calumnias.

"Es insoportable tanta impunidad"

Pablo Iglesias no ha tardado en mostrar su rechazo a la sentencia. En un mensaje en X, el exvicepresidente ha recordado que Frontera asedió a su familia durante casi un año. "La fiscalía pedía 12 meses de prisión por Descubrimiento y revelación de secretos, y dos años por Injurias y calumnias. La jueza a Belén Pérez lo ha absuelto", ha criticado. El tuit lo ha acompañado de una fotografía de Frontera con la expresidenta del Senado Esperanza Aguirre. Por su parte, Irene Montero ha compartido la publicación de su expareja y ha añadido que "es insoportable tanta impunidad". En el juicio, ambos dejaron claro cómo Frontera les había hecho la vida imposible diariamente hasta que un juzgado le puso una orden de alejamiento.

Miguel Frontera empezó a sumar seguidores en las redes sociales retransmitiendo en directo las concentraciones ante la residencia de los políticos de Podemos. Aparte, el pasado mes de noviembre Frontera se convirtió en una de las caras visibles de las manifestaciones delante la sede del PSOE en Madrid, hasta que los manifestantes lo señalaron por ser un infiltrado.