Uno de los mandos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) que participó en la actuación policial en el instituto Pau Claris el 1 de octubre del 2017, Lobo 20, ha reconocido que tenía la responsabilidad de diseñar la actuación policial y controlar que se llevara a cabo "de manera correcta". Ha declarado hoy como imputado en la Ciutat de la Justícia. El otro de los dos jefes de grupo que estaba previsto que declarara este lunes en el juzgado de instrucción 7, Gamo 40, lo hará antes de finales de mes.
La Audiencia de Barcelona acordó la citación como investigados de los dos mandos de la Policía Nacional que dirigieron la actuación policial en el instituto Pau Claris el 1 de octubre del 2017, que el juzgado había desestimado. El tribunal admitió que hubo excesos policiales en las intervenciones.
El mando Lobo 20, que actuó en los colegios Mediterrània y Pau Claris, no estaba ni en las escaleras ni en el patio, sino en una posición intermedia. Sònia Olivella, coordinadora de litigios de Irídia, ha indicado que el agente "ha delimitado que sus responsabilidades eran diseñar la actuación que se tenía que llevar a cabo y el despliegue de su grupo, de todos los agentes que estaban por debajo de él, así como no dar órdenes concretas a los agentes, pero sí controlar que la actuación se llevara a cabo de forma correcta". Este mando ha añadido que "no observó ninguna actuación desproporcionada", ha añadido Olivella, a la salida de los juzgados.
El jefe de grupo que falta por declarar, y que se prevé que lo haga antes de finales de mes, es el que estaba en las mismas escaleras del Pau Claris.
La declaración de los agentes
Este lunes han declarado siete agentes de policía como investigados por las cargas policiales del 1 de octubre en Barcelona por los hechos de los colegios Mare Nostrum (3), Dolors Monserdà (1), Pau Claris (2), Mediterrània (1) y Infant Jesús (1). Olivella ha explicado que la mayoría de agentes sólo han respondido al juez, a su defensa y a la Fiscalía, y en cambio, no han respondido a las preguntas de las acusaciones.
El auto afirma que los agentes eran los responsables de una actuación policial que fue "absolutamente desproporcionada". El texto indica que actuaron con "autonomía decisoria y funcional" y que los jefes del grupo "no acreditaron haber dado instrucciones generales para cargar con contundencia o utilizar más fuerza de la mínima indispensable para ejercer su función".
El auto describe las actuaciones con estas palabras: "Bofetadas a algunas personas, lanzar a personas por las escaleras, agarrar del pelo a mujeres y arrastrarlas, lanzar a la calle bolsos y efectos personales de la gente, e incluso uno de ellos llega a pisar a las personas".