La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha decidido "dar un giro" dramático al procés soberanista. El presidente de la entidad, Jordi Sánchez, ha defendido esta mañana la convocatoria de un referéndum vinculante, para "imaginar el horizonte del procés en clave democrática". A pesar de que "el objetivo no es la unilateralidad", Sánchez ha remarcado que si el Estado sigue sin aceptar esta vía "tiene que haber determinación del Parlament y del Govern" para convocar y organizar una consulta vinculante sobre la independencia.
La propuesta, que fue aprobada sobradamente en el marco de una consulta a los socios de la entidad (74,87%), no suscribe, al menos de entrada, el RUI. En primera instancia, y también con la idea de sumar a los comunes, se sigue confiando en el pacto con el Estado, si bien advierten que "no esperaremos eternamente". De hecho, Sánchez no ha querido poner un calendario a los partidos, porque "es un tema de profundo calado político".
"No se trata de dar por invalidada la hoja de ruta", ha señalado Sánchez sobre la iniciativa, sino que "de una reforma concreta". Así, proponen que allí donde se habla de elecciones constituyentes se sustituya por este referéndum, porque "hay muchos más independentistas que votos a partidos independentistas" y consideran que es mejor mecanismo que unas elecciones, que "tienen otras funciones y otras virtudes".
¿Un nuevo 9-N?
Uno de los riesgos que se han señalado desde algunos sectores de Junts pel Sí, pero también de los comunes, es que una consulta de estas características pueda acabar como el 9-N, es decir, sin ningún más efecto que un desafío al Estado. Pero para Liz Castro, miembro del secretariat, eso pasó porque "nació como un instrumento de opinión". "Los del 'no', no veían consecuencias claras", ha remachado, en referencia a un voto prácticamente exclusivo de aquellos a favor de la independencia.
Para Castro, el mundo todavía no ha entendido el mandato democrático en Catalunya, porque el 9-N se interpretó como "referéndum no oficial" y "las plebiscitarias no se entendieron del todo". La propuesta, pues, se encaja en la necesidad de que "en el momento de hacer la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), necesitamos que sepa que lo tenemos".
Con todo, en caso de una campaña por la abstención de los partidos unionistas, eso no tendría que servir "como boicot". "No podemos poner límites mínimos de participación", ha reivindicado en este sentido Castro, recordando el Estatut, y afirmando que "si ganamos, declararemos la independencia aquella misma noche".