El lehendakari Íñigo Urkullu ha reprochado este jueves a Junts per Catalunya lo que ha descrito como "cambios de criterio" con respecto a la ley de amnistía que ayer los siete diputados independentistas rechazaron en el Congreso. Urkullu ha hecho estas declaraciones después de reunirse con el president Pere Aragonès en el Parlamento Europeo, con quien esta tarde del miércoles participará en el caucus por la autodeterminación, defendiendo este derecho de los pueblos. El presidente vasco ha lamentado, así, que los juntaires, que "durante semanas han defendido que la proposición de ley de amnistía era buena" hayan ido "cambiando de criterio", hecho que culminó ayer martes con su voto negativo a la amnistía, que ahora vuelve a la Comisión de Justicia del Congreso, obligando al PSOE a negociar cambios si quiere aprobarla. Urkullu ha descartado que este viaje a Bruselas pueda ser el escenario de un encuentro con el president Carles Puigdemont. En el mes de septiembre, el líder del PNV, Andoni Ortuzar, sí que se reunió en Waterloo con el president en el exilio. Ambos volvieron a encontrarse en octubre, tras la investidura fallida de Feijóo, en este caso en el Parlamento Europeo.
Urkullu ha subrayado este jueves que la ley es "controvertida" y ha recordado sus palabras de hace unos meses, cuando pidió que fuera más allá de un pacto por la investidura de Pedro Sánchez. Concretamente, a principios de octubre de 2023, el lehendakari pidió que esta ley "tuviera la premisa de mirar retrospectivamente a lo que pasó en 2017, y que nunca tenía que haberse judicializado el conflicto". Por ello, no ha ocultado su preocupación por la estabilidad y la gobernabilidad de esta legislatura, que justo empieza, y que de momento ya ha sufrido dos votaciones de infarto. En este sentido, el jeltzale ha aventurado que el no de Junts a la amnistía podría afectar a otros "retos" a los que se enfrenta el gobierno de coalición, como la negociación de los presupuestos generales del Estado, para los que Sánchez volverá a necesitar a los partidos que lo invistieron presidente.
Preocupación por la estabilidad de la legislatura
Con todo, preguntado por si ve la legislatura en riesgo, Urkullu ha sido prudente, asegurando que eso dependerá del Gobierno, recordando al mismo tiempo que una nueva convocatoria de elecciones generales no es posible a corto plazo. Eso es así porque la Constitución establece que el presidente no puede convocarlas hasta que haya pasado un año desde la última disolución de las Cortes, que en este caso fue el 29 de mayo, el día después del gran batacazo de los socialistas en las elecciones municipales y autonómicas y cuando Sánchez convocó por sorpresa las generales del 23 de julio.