El primer ministro francés, Manuel Valls, recibió a los representantes de la Catalunya Nord para que expusieran la demanda por el cambio de nombre de la nueva macrorregión de Occitania, denominación escogida en la consulta del pasado 25 de junio, después de que estos solicitaran una petición mediante un recurso ciudadano. Esta recepción oficial automáticamente ha legitimado la existencia del conflicto. De hecho, el propio Valls ha reconocido a sus impulsores que es un problema que le incomoda pero que mantiene la voluntad para escuchar.
Para el director del Centro de Investigaciones y Estudios Catalanes (CREC) de la Universidad de Perpinyà, Joan Becat, la coyuntura se refuerza teniendo en cuenta que la reunión que mantuvieron duró "unos 25 minutos", cuando en la media de tiempo de una recepción oficial de un primer ministro "es inferior" tal como recuerda Becat.
Mientras tanto, a expensas de la deliberación que tendrá lugar a principios de octubre, Becat se ha anticipado a la resolución del Decreto y ya cuenta con el apoyo de 147 municipios de la Catalunya Nord partidarios de incluir la terminología de "País Català" en la región de Occitania. Está previsto que se adhieran más en los próximos días ya que, según Becat, "es la solución idónea para contentar a la germanos occitano-catalana".
Hay que recordar, que, la posibilidad de llamar a la macrorregión "Occitània-País Català" ya existía entre las cinco propuestas que se sometieron a las urnas. Aparte de esta y de la ganadora, las otras tres eran "Languedoc", "Languedoc-Pirineo y Pirineo-Mediterráneo".
A todo eso, Becat ha asegurado que se han cometido irregularidades en el recuento final, al menos en 11.000 votos en papel que se han eliminado, motivo por el cual se sienten convencidos para recurrir a las autoridades francesas.