Josep Miquel Arenas, más conocido por su nombre artístico, Valtònyc, ha vuelto del exilio este sábado por la noche. El rapero mallorquín ha anunciado por sorpresa esta mañana que dejaba Bélgica y volvía a casa a través de las redes sociales, donde ha asegurado que "volver siempre es la mejor parte de la aventura". Pero no ha sido hasta las 10 de la noche cuando ha confirmado su llegada a Catalunya. "Feliz de volver a pisar ya los Països Catalans", ha compartido Valtònyc a X, con imágenes de su retorno en medio de la noche, acompañado del conseller de Cultura Lluís Puig. La decisión llega, precisamente, después de que haya prescrito la condena impuesta por la Audiencia Nacional española, aferrándose a las letras de su música, y que lo acusaba de enaltecimiento del terrorismo e injurias graves a la corona española, quedando sin efecto las órdenes de detención emitidas internacionalmente. Fuentes de la defensa explican a ElNacional.cat que se han enterado de la prescripción de los delitos "por casualidad". El rapero había vivido más de cinco años en Bélgica, donde estableció una relación próxima con el president de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, a quien Valtònyc ha alabado en su mensaje en las redes.

"Gracias por haberme acompañado durante estos seis años de exilio y ahora también en este primer trayecto de vuelta a casa. Por todo lo que hemos luchado, reído, vivido y llorado", ha dicho Valtònyc, en referencia a Puigdemont, quien ha hecho parte del recorrido en coche con el rapero. En respuesta, el president también ha publicado un tuit en el que le ha deseado "un buen retorno a tu tierra, que es la nuestra". "Contigo, todos volvemos un poco", ha afirmado. "Gracias por resistir un exilio injusto y acompañarnos sin desfallecer nunca. Ha sido un honor compartir este viaje".

Un largo recorrido judicial

La condena a tres años y medio de prisión, anunciada por la Audiencia Nacional en 2017, fue ratificada un año después por el Tribunal Supremo. Ahora bien, un día antes de entrar a prisión, se supo que se había marchado para evitar el encarcelamiento. Fue a vivir a Bélgica, junto con Carles Puigdemont, de donde no fue extraditado por la negativa de un juez, a pesar de la voluntad del Estado español.

El caso de Valtònyc es uno de los más notorios de entre los exiliados. En primer lugar, porque el Tribunal Superior de Justicia Europeo dictaminó, en respuesta a una solicitud del Tribunal de Apelación de Gante, que el órgano se tenía que remitir al código penal español de 2012, antes de que la pena de prisión por exaltación del terrorismo se alargara en 2015 y en contra de los intentos del Estado español. En segundo lugar, porque el Tribunal Constitucional belga decidió tumbar una ley de 1847 sobre la represión de los delitos contra el rey, en respuesta al caso Valtònyc, reconociendo que violaba el derecho a la libertad de opinión. Con todo ello, el Tribunal de Apelación de Gante acabó denegando definitivamente la extradición del rapero, y la fiscalía belga no presentó recurso en contra de la sentencia.

Juicio en Sevilla el 21 de noviembre

Sin embargo, el próximo 21 de noviembre tiene una nueva cita judicial en Sevilla por un presunto delito de provocación por cometer un delito de atentado, y un posible delito de amenazas agravadas por haber animado a matar a guardias civiles durante una actuación en Marinaleda el 31 de marzo de 2018. El rapero podía declarar por videoconferencia, pero fuentes de la defensa explican que ahora, con su retorno, acudirá presencialmente. La fiscalía le pide cuatro años de prisión y 3.600 euros de multa por el delito de atentado. Si no comprobaran este delito, pedirían tres años de prisión por el delito alternativo de amenazas. La defensa de Valtònyc pide la absolución y sostiene que "sin que existieran hechos constitutivos de ningún delito, no se tiene que hablar de autoría, ni de circunstancias modificativas, ni de pena, ni de responsabilidad civil derivada de un delito no cometido".