Ningún acuerdo. Un vecino del Empordà será juzgado por haber increpado al magistrado Pablo Llarena, cuando salía en coche de una cena en un restaurante el verano del 2018. La Fiscalía le pide un año y seis meses de prisión y pagar una multa de 1.440 euros por un delito de atentado contra la autoridad. Carles Ruíz, Xarly, defendido por el abogado Josep Rosell, ha comparecido este jueves en el juzgado de lo Penal 3 de Girona para realizar una vista de conformidad, como fija la ley, y se ha negado a declararse culpable y no aceptado ningún acuerdo, que podría implicarle la reducción del castigo, según ha confirmado su abogado. El gabinete de prensa del TSJC ha detallado que las únicas partes personadas en este procedimiento, la Fiscalía y el acusado, no han llegado a una conformidad. Ahora, la magistrada fijará la fecha del juicio, en el cual, el juez Llarena tendrá que declarar como testigo para que ratifique el supuesto ataque. El abogado de Xarly reclama que sea presencial y no en videoconferencia desde Madrid.
Los hechos pasaron la noche del 28 de julio de 2018, en la salida de un restaurante de Mont-ras. Pablo Llarena, instructor de la causa penal en el Tribunal Supremo contra los independentistas catalanes, fue a cenar con su mujer y unos amigos, entre ellos el exlíder del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz. En el escrito de acusación, la Fiscalía afirma que Xarly y un grupo de personas fueron al aparcamiento y rodearon el coche oficial del magistrado. Según la Fiscalía, el vecino subió al capó del vehículo y picó dos veces con una botella de vidrio, y después fue a la ventana trasera, donde estaba Llarena y le dio golpes, mientras los otros le gritaban "hijo de puta" y "las calles serán siempre nuestras". Al final, la conductora marchó de allá y el vehículo no sufrió ningún daño, indica el relato del ministerio fiscal.
Independentistas investigados
Aquella misma noche, a poca distancia, se hacía un acto de homenaje a Jordi Sánchez, que reunió centenares de personas. Algunos componentes del CDR de Palafrugell (Baix Empordà) se acercaron hasta el establecimiento donde estaba Llarena y protestaron con gritos como "Las calles serán siempre nuestras" o "Bienvenido al Empordà". Por eso, los Mossos de Esquadra hicieron una investigación e identificaron a integrantes de grupos independentistas de la zona, y a organizadores de 'sopars grocs'. Finalmente, el procedimiento penal ha continuado contra Xarly. El juez Llarena ha tenido escolta policial también cuando está de vacaciones en el Empordà y en la Vall d'Aran, donde tiene residencia, en la entrada de la cual le hicieron pintadas en la calle.
La declaración de Llarena
En el procedimiento, el abogado Josep Rosell ha exigido que el juez Llarena esté presencialmente en el juicio si se considera víctima de un atentado contra su persona para poder hacerle correctamente el interrogatorio. La magistrada de Girona lo tiene que resolver. Por ahora, ha aceptado la reclamación de la defensa que también declaren como testigos la mujer de Llarena, la magistrada Gema Espinosa y Fernández Diaz, puesto que eran en el momento de los hechos.
@XarlyRF se define a Twitter como "represaliado para gritar" y tiene un grupo de apoyo @absolucióXarly, que pide su absolución y lo considera uno de los afectados contra la libertad de expresión. El grupo ha hecho distintos actos de campaña para recaudar dinero para afrontar el "juicio político para dar la bienvenida al juez Llarena al Empordà". En acabar la comparecencia ha tuiteado: "¡Continuamos la lucha!"
Desde el otoño de 2017, centenares de vecinos anónimos han sido investigados por haber dado apoyo al procés de independencia de Catalunya, haber participado en las protestas de Tsunami Democràtic o haber tuiteado en defensa de la escuela catalana, como el caso de los investigados por supuestamente haber increpado en Twitter a la familia de una escuela de Canet de Mar, que consiguió que el TSJC dictara más horas de castellano en la clase de su hija.