Con el reloj en cuenta atrás, la CUP continúa la presión sobre Junts per Catalunya para que dé su "sí" a la investidura de Pere Aragonès. El viernes se celebrará el primer plenario en el Parlament para escoger al 132.º presidente de la Generalitat y las formaciones independentistas continúan las negociaciones. ERC y la CUP ya han llegado a un preacuerdo y ahora buscan el apoyo de los de Laura Borràs, que aseguran que necesitan más tiempo para negociar en profundidad y poder alcanzar un Govern estable.
En este sentido, la portavoz de la CUP en el Congreso, Mireia Vehí, ha confiado este martes en que JxCat "asuma el resultado de las elecciones y la situación tal como está" y no fuerce una repetición electoral. Vehí ha argumentado que sería "deseable" que el viernes ya se pueda formar Gobierno. "Hay que hacer Gobierno rápido", ha defendido en una entrevista en TVE.
Vehí ha dicho que desde la CUP "no se pueden imaginar que JxCat lleve al país a elecciones dado los resultados", con el independentismo habiendo superado el 50% y con la situación de la Covid-19. "Confiamos en que acepte el resultado de las elecciones que dice más independentismo y más izquierda", ha remarcado.
El preacuerdo con ERC
Por otra parte, Vehí ha recordado que, sobre el preacuerdo con ERC, todavía hace falta que lo ratifique la militancia de la CUP y ha defendido algunas de las medidas, como el hecho de que en el 2023 se decida si se mantiene la mesa de diálogo con el Estado. La cupaire ha opinado que la mesa de diálogo "no tiene recorrido" y que habrá que hacer un nuevo referéndum.
La diputada ha admitido que durante esta legislatura "habrá que construir las condiciones para un referéndum" sin poner fecha concreta y que en algún momento habrá que hacerlo "seguramente" de forma desobediente porque "no hay nadie al otro lado".
La fecha límite
La ley establece que la presidenta del Parlament dispone hasta el viernes para consultar a los representantes de los partidos o de los grupos políticos y "proponer al pleno un candidato o candidata a la presidencia de la Generalitat". La norma establece que, en caso de que la investidura no prospere en una primera votación por mayoría absoluta ni en una segunda votación, 48 horas más tarde, por mayoría simple, se pone en marcha un plazo de dos meses para un segundo debate de investidura. Si tampoco, pasado este tiempo, es posible investir a un nuevo presidente de la Generalitat, el Parlamento queda disuelto automáticamente y Aragonès, como vicepresidente de la Generalitat en funciones de presidente, tendrá que convocar elecciones "de manera inmediata".