El interés de Juan Carlos I para fijar su lugar de residencia en Abu Dhabi no es una casualidad. A pesar de un convenio del 2006 entre España y los Emiratos Árabes Unidos para evitar que los españoles puedan acogerse a las ventajas fiscales de este país y, teniendo en cuenta que el emérito no cuenta con un pasaporte árabe, sí es posible conseguir importantes beneficios si fija su lugar de residencia en Abu Dhabi y se acoge a lo que se conoce como Visa de Oro.

Esta se creó para atraer talento occidental al emirato y poder vivir allí sin problemas a todos aquellos que no sean descendientes directos de una persona árabe ni cumplan los requisitos con que el emir otorga este estatus. Es evidente que Juan Carlos I no es el perfil de médico, investigador o jóvenes promesas de estudiantes con que estas visas de oro se crearon pero sí cumple un requisito por el cual ha pasado a tenerla: disponer de capital y depositarlo en un fondo de inversión en el país. Otra opción sería adquirir un inmueble por un valor, mínimo, de 1,5 millones de euros. La opción de Juan Carlos es la primera y gracias a ella disfruta automáticamente de un permiso de diez años. A sus 84 años, tener asegurada una década con un permiso especial es como contar con un pasaporte indefinido.

Visado para Felipe VI, un equipo de confianza y una "trabajadora doméstica"

Según el mismo portal árabe, a efectos prácticos Juan Carlos también consigue una gran comodidad fiscal en lo que ellos mismos denominan "una especie de visado". Y la cantidad es asumible por Juan Carlos. Así pues, se pide una de estas cuatro opciones: un depósito de capital mínimo de 10 millones de AED (1,5 millones de euros) a un fondo de inversión/cuenta bancario a Abu Dhabi; establecer una empresa de 2 millones de AED (500.000 euros) o más en Abu Dhabi o un socio de una empresa existente o nueva con una contribución financiera; tener una empresa que paga regularmente impuestos del gobierno federal de 250.000 AED anuales (62.000 euros); o ser socio de una empresa que pague impuestos federales, con una contribución financiera de al menos 250.000 AED en impuestos anuales.

Por otra parte, las inversiones se tienen que conservar al menos dos años después de la emisión del visado. Y esta incluye "visados para cónyuges, hijos, un asesor y un director ejecutivo". Por eso, indirectamente Felipe VI y las infantas Elena y Cristina, se pueden beneficiar y Juan Carlos cuenta con su propio equipo que también tiene allí la residencia sin ningún tipo de problema. Además, el titular del visado puede patrocinar a una trabajadora doméstica, sujeto a la normativa pertinente". Desde que entró en vigor el año 2018, se han concedido 7.000 visados de oro a personas de 103 nacionalidades entre las cuales destacan más de 200 médicos empleados por la Autoridad Sanitaria de Dubái en la lucha contra el coronavirus. Con respecto a los deportistas que han recibido este privilegio hay Cristiano Ronaldo pero también Luis Figo, Roberto Carlos, Miralem Pjanic o Didier Drogba.

La actriz india Pranita Subhash con su Visa de Oro árabe, son pocos los rostros públicos que deciden hacer gala de este permiso

Con este visado, Juan Carlos se puede burlar las normas tributarias actuales que impedirían al rey emérito pasar temporadas en España y tributar en Abu Dhabi, donde ha decidido fijar su residencia. Bajo este escenario, el rey emérito tendría que tributar en España tanto por su patrimonio como por sus rentas de capital, incluyendo las cuentas en el extranjero, sin poder beneficiarse de la cero tributación de los Emiratos para el IRPF y el impuesto sobre Patrimonio. Estas ventajas tan sólo se pueden marcar con el permiso de residencia, que ya cuenta, y la nacionalidad emiratí. Pero este último condicionante, el de la nacionalidad, a pesar de no tenerla sí cuenta con el visado de oro, y por lo tanto le permite derivar una gran cantidad de su dinero hacia este país, bajo el pretexto de las 'inversiones'.