Después de la polémica decisión de la Fiscalía de archivar todas las investigaciones sobre el rey emérito y sus posibles corruptelas, llegó la carta de Juan Carlos I. Aunque se esperaba que en este nuevo contexto el exmonarca decidiera volver a España, algo que desde hacía tiempo se decía que deseaba mientras se mantenía a la espera de encontrar el mejor momento para no perjudicar a su hijo con su retorno, la misiva de Juan Carlos I a Felipe VI iba en la dirección contraria: aunque esperaba poder volver a España, aseguraba que estas solamente serían a visitas esporádicas a una residencia privada (nada de la Zarzuela como se había especulado que exigía), mientras que seguiría teniendo fijada su residencia en Abu Dabi, donde huyó ya hace un año y medio. Ahora, sin embargo, se empiezan a revelar más detalles sobre todo lo que hay detrás de esta carta.
Desde el diario El País, fuentes gubernamentales aseguran que el borrador de la carta se elaboró a la Zarzuela en estrecha coordinación con la Moncloa. Así, Javier Sánchez-Junco, su abogado, y el exdirector del CNI, el general Félix Sanz Roldán, viajaron el pasado fin de semana a los Emiratos Árabes para encontrarse con el exmonarca y entregarle el documento, al que él solo puso su firma. En un principio Sánchez-Junco y Sán Roldán tenían que llevar a Juan Carlos el documento del archivamiento, pero al final también le tuvieron que hacer llegar esta carta, por la cual se descarta su retorno fijo al Estado. El emérito, según las fuentes consultadas por El País, aceptó el borrador, ya que no tenía ninguna otra opción: Felipe VI no es solo el jefe de Estado, también lo es de la Familia Real desde la abdicación en 2014.
Las condiciones de la Zarzuela
Desde que empezaron los rumores sobre un posible archivamiento de las investigaciones de la Fiscalía se iba especulando como podría ser el retorno, si es que volvía, del rey Juan Carlos. A través de sus amistades, ha ido enviando reiteradamente mensajes a los medios que su voluntad era volver tan pronto como se pudiera al Estado, siempre que su presencia no afectos al reinado de su hijo Felipe. También se habló de cuál sería su residencia: ¿viviría en la Zarzuela? ¿En Galicia donde mantiene muy buenas amistades? ¿En Portugal? Ahora, ha quedado aclarado que seguirá viviendo en Abu Dabi y que irá viajando, siempre que su salud lo permita, a España regularmente. Con todo, las visitas serán "privadas". Una de las posibilidades es que se aloje en casa de su hija, la infanta Elena, que lo ha visitado con mucha regularidad a los Emiratos Árabes, junto con su hermana Cristina. Con todo, podrá ir de visita a la Zarzuela, donde vive su todavía mujer, la Reina Sofía y la familia de Felipe.
Todas estas condicones se habían pactado entre Zarzuela y Moncloa y que Juan Carlos tuvo que aceptar. Con todo, ya se había hecho en la idea de que probablemente tendría que quedarse a vivir indefinidamente en Abu Dabi. Eso no es algo que lo atormente mucho, ya que disfruta de comodidades y una privacidad que será difícil que recupere en España: su retorno provocaría un gran interés mediático y el cuestionamiento sobre su nivel de vida.
Sánchez exige más
Aunque Pedro Sánchez aseguraba ayer martes que el lunes había conocido "el sentido, no el contenido de la carta", la realidad es que las líneas fundamentales se habían acordado con la Moncloa. Lo único que podía desconocer Sánchez era el párrafo en que Juan Carlos asegura: "Soy consciente de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados en mi vida privada y que lamento profundamente". Estas pseudodisculpas del emérito no han convencido a Sánchez, que ayer insistía en que Juan Carlos tenía que dar más explicaciones: "Sigo creyendo que se tienen que dar explicaciones, no son aceptables las informaciones que hemos ido conociendo".