L'aproximament a la extrema derecha que hizo Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en vez de darle más apoyos para repetir en el cargo, le está restando. Terry Reintke, la presidenta del Parlamento Europeo de los Verdes alemanes, ha anunciado que su eurogrupo no dará apoyo a Von der Leyen si llega a un acuerdo con el grupo de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, llamado Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). "No nos sumaremos a la coalición ni a la mayoría, por ejemplo, con el ECR. Así que allí, Ursula von der Leyen, o quien quiera construir una mayoría, tendrá que escoger", ha sentenciado Reintke.

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Von der Leyen parte como la preferida para presidir la Comisión Europea, pero la gran incógnita es: ¿con qué apoyos? Las encuestas muestran que las fuerzas de extrema derecha saldrán reforzadas de las urnas, de manera que su apoyo podría ser fundamental para la gobernabilidad de la Unión Europea. En esta línea, el pasado jueves, la líder de los populares europeos (PPE) abrió la puerta a pactar el ECR. Von der Leyen ha sostenido que "ha colaborado muy bien con Giorgia Meloni en el Consejo Europeo". "Ella es claramente proeuropea, está en contra de Vladímir Putin y a favor del Estado de derecho", remarcó.

Por su parte, Reitnke ha advertido a la presidenta de la Comisión Europea que no cuente con los verdes si alarga la mano a la extrema derecha. De hecho, en esta campaña Von der Leyen se está desligando de políticas que defienden los Verdes mientras se acerca a la extrema derecha. Por ejemplo, la líder popular ha empezado a apartarse de postulados medioambientales.

La importancia de la candidatura de Meloni

Los pretendientes políticos se le acumulan a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que después de las elecciones en la Eurocámara tendrá que escoger entre la mano tendida de la actual presidenta de la Comisión Europea y candidata del Partido Popular Europeo (PPE) a revalidar el cargo, Ursula von der Leyen, para sostener una gran coalición proeuropea o sumarse a otras formaciones, por primera vez, crear un macrogrupo de ultraderecha en el Parlamento Europeo. Esta segunda opción podría poner a la extrema derecha como segunda fuerza en el hemiciclo.

La mandataria italiana ve cada vez más cerca el cruce en un tablero político cambiante con la pérdida de escaños de los partidos de centro e izquierda y la reconfiguración de la ultraderecha para que su ascenso en números se transforme en influencia real. Su decisión no pasará desapercibida: puede suponer un paso más hacia la consolidación de Meloni como líder europea fiable a pesar de las diferencias ideológicas con la política tradicional o bien dar pie a una inédita unión de partidos ultraconservadores en la Eurocámara.