La vicepresidenta primera del Parlament en funciones de presidenta, Alba Vergés, y el secretario cuarto de la Mesa, Ruben Wagensberg, han firmado ya el acta del pleno del 6 y el 7 de julio que incluye el voto delegado del diputado de Junts Lluís Puig. Los dos diputados de Esquerra Republicana han firmado el documento una vez han tenido en sus manos la edición definitiva, según ha avanzado el diario Ara y ha confirmado ACN. El acta del 6 y el 7 de julio es de cierta relevancia porque recoge como la entonces presidenta de la cámara, Laura Borràs, contó verbalmente el voto delegado del diputado exiliado de Junts a Lluís Puig a pesar de las advertencias del Tribunal Constitucional.
El Parlament se marchó de vacaciones sin haber firmado el acta y, a principios de agosto, Borràs acusó a Wagensberg de estar bloqueando el documento. En este caso, Wagensberg, como secretario de la Mesa, era el encargado de firmar primero el documento del acta que también necesita el visto bueno definitivo de la presidencia del Parlament. Pero Laura Borràs fue suspendida el 28 de julio. A pesar del gesto de Vergés y de Wagensberg, ERC prefiere reformar el reglamento en lugar de aplicar el método de la expresidenta del Parlament, Laura Borràs. En este sentido, el partido considera más efectivo adaptar la normativa de la Cámara catalana para facilitar una participación a distancia.
Reforma del reglamento del Parlament
Según fuentes de ERC, los servicios de la cámara catalana hicieron llegar este jueves el texto definitivo del acta y ayer mismo lo firmaron tanto Wagensberg como Vergés. Y estas mismas fuentes aseguran que el contenido del documento, con respecto a la descripción de los hechos, no ha variado con respecto a la primera versión de julio. ERC propone como solución definitiva una reforma del reglamento del Parlamento con el fin de volver a contabilizar el voto delegado de Puig y garantizarle los derechos de diputados después de la decisión del TC.
La diferencia con el caso Pau Juvillà
Este caso para mantener la delegación de voto de Puig recuerda cómo se gestionó el intento por preservar el escaño del diputado de la CUP Pau Juvillà. Aquella gestión fracasó y el independentismo salió fracturado, y de aquella experiencia los partidos independentistas aseguraban que habían aprendido la lección, sobre todo teniendo en cuenta que no se podía focalizar la presión sobre las actuaciones de los funcionarios. En este caso, es la Mesa que decide asumir las consecuencias sin implicarlos, aunque los letrados ya advirtieron de las ilegalidades que puede suponer mantener a esta delegación.