La Plataforma per la Llengua denunció este jueves el despido por parte de la cadena de supermercados Veritas de una trabajadora de un establecimiento de Puigcerdà por hablar en catalán a los clientes. El fundador y presidente ejecutivo de Veritas, Silvio Elías, ha negado categóricamente esta información y ha justificado que el periodo de prueba de la trabajadora había acabado y no han querido contar con sus servicios. En una entrevista este viernes en El Matí de Catalunya Ràdio, Elías ha defendido que "amamos el catalán y es la lengua vehicular de la empresa".

Veritas no tiene ninguna normativa interna por la lengua

"No tenemos ninguna normativa interna, ni una, que haga mención a la lengua. Y nunca se hacen comunicaciones por WhatsApp. Se hacen por canales internos. En todo caso, serán recomendaciones", ha explicado el presidente de la cadena. Con todo, ha anunciado que Veritas "investigará e intentará entender el porqué de las palabras del encargado". Así pues, ha asegurado que, si hace falta, se tomarán medidas "si el encargado ha hecho un uso indebido e inadecuado de los argumentos".

Plataforma per la Llengua hizo público un audio en el cual el encargado del establecimiento reconoce que la han despedido por motivos lingüísticos después de que dos trabajadores de la empresa se hicieron pasar por clientes y se quejaron de que la trabajadora los respondía en catalán con el argumento alegal que ellos se habían dirigido en español. Sobre este hecho, Elías ha criticado que el audio está editado y tiene cortes que hacen que se pueda malinterpretar la conversación "que se ha grabado sin el consentimiento de la compañía".

La trabajadora reclama una indemnización

La empleada despedida ha presentado una demanda a los juzgados contra Veritas porque considera que ha sido discriminada por razón de lengua y que, por lo tanto, el despido se tiene que declarar nulo y la empresa lo tiene que readmitir e indemnizarla. En declaraciones al mismo programa, la trabajadora ha indicado que primero le pidieron que "hablara en español con una compañera castellanohablante" que le serviría para practicar, aunque ella se negó. "Yo de castellano ya sé de sobra", indicó.

El encargado de la dependienta despedida envío un mensaje en el grupo de WhatsApp de los trabajadores con diferentes consignas. Entre estas, escritas en castellano, una especificaba que "a la hora de hablar entre compañeros, utilizaremos el idioma que sea más cómodo para las dos partes", y otra apuntaba que "a la hora de atender a un cliente, se le tiene que responder en el mismo idioma en que se está expresando". En los dos casos, el encargado avisaba de que si no se respetaban las órdenes, se podría considerar una falta grave y ser motivo de sanción. La trabajadora denuncia que eso no se cumple siempre porque hay compañeras que "bien que responden en castellano a los clientes que se les dirigen en catalán y no se las ha despedido".