Consenso. Este concepto tan poco de moda en política últimamente ha sido posible entre los ayuntamientos de Barcelona, l'Hospitalet, Sant Adrià, Cornellà, Esplugues y el Govern de la Generalitat en la batalla contra la contaminación, concentrada en asfixiar la presencia del coche, para ir dejándolo sin espacio en la ciudad. Dentro de tres meses, a partir del 1 de enero, entrará en vigor la restricción permanente más importante a los vehículos contaminantes que se haya hecho en el estado español, la llamada Zona de Bajas Emisiones. Será el equivalente a 20 Madrid Centrales

La propia Ada Colau lo ha bautizado como "una medida histórica" que, como ha subrayado el conseller de Territori Damià Calvet, es "estructural" porque "el interés colectivo está por encima del personal". Ambos han presidido la puesta de largo de la nueva medida acompañados de los máximos representantes del resto de consistorios del Área Metropolitana de Barcelona afectados.

Cuándo y dónde: entre rondas, entre semana

A partir de enero, de lunes a viernes laborables entre las 7h y las 20h los vehículos que no dispongan de etiqueta ambiental de la DGT no podrán circular por la ciudad de Barcelona en todo el área entre rondas. La ordenanza ya está a punto, a lo largo de las próximas semanas entrará en la fase de enmiendas y alegaciones, y será la misma para todos los ayuntamientos afectados.

Quién: moratoria para profesionales

Ya de entrada, el cálculo es que se excluirá de las calles 50.000 vehículos, una cifra que representa el 23% del parque circulante. Es decir, la reducción será drástica: una cuarta parte menos de coches recorriendo Barcelona a partir de 2020. Ahora bien, la idea es que en cuatro años el volumen de vehículos afectados se incremente hasta los 125.000, porque las categorías y restricciones se irán ampliando.

Para saber si un vehículo tiene autorización o no para circular, es necesario que cada propietario se preocupe de comprobarlo. La consulta puede hacerse en la misma web del Ayuntamiento, y basta con introducir la matrícula en el buscador. Quedarán sujetos a restricciones los diésel matriculados antes de 2006 y los gasolina de antes de 2000. Quedarán exentos los casos de movilidad reducida y servicios funerarios.

Según se ha explicado desde el Ayuntamiento, no será obligatorio llevar pegada la etiqueta ambiental, porque se colocarán unas setenta cámaras por toda la ciudad, tanto en las salidas de las rondas como en varias vías urbanas, que leerán las matrículas de manera automática.

Eso significa que los propietarios de vehículos contaminantes sólo podrán moverlo entre semana por la noche y los fines de semana. Además, se les concederán 10 días de libre disposición a lo largo del año durante los cuales podrán solicitar autorización para circular, sin tener que justificar por qué. Para ello, habrá que inscribirse en un registro y el permiso tendrá vigencia de 24 horas.

Las sanciones, que oscilarán entre los 200€ y los 1.800€, no empezarán a aplicarse hasta el 1 de abril. Además, se concede una moratoria de un año para el transporte de mercancías y los vehículos profesionales, a fin de que puedan modernizar las flotas.

¿Por qué?

Cada año se producen 350 muertes prematuras vinculadas directamente a problemas de contaminación, aparte las enfermedades cardiovasculares y respiratorias que también se derivan.

La intención de Govern y ayuntamientos es reducir las emisiones de partículas NOX en un 15% y del dióxido de carbono en un 6% los primeros años.

La previsión es que, como consecuencia de este veto al coche, el volumen de usuarios de transporte público aumente un 20%. De momento el Ayuntamiento no prevé incrementar la frecuencia, porque argumentan que la propia medida hará mejorar la velocidad de los autobuses y eso hará el transporte público más eficiente. Ahora bien, tanto el Govern como el consistorio señalan la necesidad de ir reforzando transportes estratégicos como son la finalización del tramo central de la L9 o Rodalies.