Hay un pueblo de 25.000 habitantes en Euskadi capaz de explicar por qué Bildu le gana terreno al PNV, y por qué la izquierda abertzale puede conseguir el próximo domingo un hito histórico: romper la hegemonía prácticamente intacta en el país durante los últimos 44 años del Partido Nacionalista Vasco. ElNacional.cat ha dado un paseo por Galdakao, el municipio donde Bildu empezó a soñar con un sorpasso al PNV. El pueblo ha estado en manos de los jeltzales durante 40 años (entre 1979 y 2019). Hace cinco que Bildu consiguió la alcaldía del municipio. Se encuentra, además, en Vizcaya, el feudo histórico del PNV; a unos quince minutos en coche del centro de Bilbao. Las personas consultadas por este periódico—habitantes, concejales y politólogos— están de acuerdo en una cuestión: Bildu crece a través del carril social, el eje derecha-izquierda; no por la causa independentista. Y la distancia generacional que hay entre los jóvenes y la lucha armada es la guinda que provoca este, eventual, cambio de ciclo en Euskadi.
Edurne Espilla, primera teniente de alcaldesa abertzale, recibe este medio en el Ayuntamiento de Galdakao. Señala cuáles cree que fueron los motivos que provocaron la sustitución del PNV por Bildu en este consistorio hace cinco años. Menciona cuestiones del día a día, que nada tienen que ver con el eje nacional: "La gente estaba cansada de una gestión cargada de promesas incumplidas, como la colocación de unos ascensores o la llegada de la línea de metro". Es por eso que, en 2019, cuando las plataformas vecinales Usansolo Herria y Auzoak consiguieron sacar a algunos concejales al ayuntamiento, decidieron pactar con Bildu y Podemos e investir alcalde al abertzale Iñigo Hernando. Cuatro años más tarde, Bildu se fortaleció todavía más. Y desde el pasado junio, los abertzales se han mantenido en el poder.
Los vecinos del municipio consultados por este periódico avalan la tesis. Onintze, maestra de escuela de 40 años, explica que en la vida ha votado de todo (izquierda abertzale, Podemos y también el PNV), pero en su pueblo ha votado a Bildu por el "descontento" con los jeltzales y su gestión de la línea de metro. José tiene 70 años, es de Galdakao de toda la vida, ya hace años que vota a Bildu (lo dice con cierto orgullo) y tiene claro que el próximo domingo dará su confianza a Pello Otxandiano. "No puedes estar en el gobierno durante tantos años, tienen que entrar otros; en este pueblo Bildu ha aportado frescura, hacía falta un cambio", justifica.
Habla como experto Jonatan García, doctor en Ciencia Política y profesor de Sociología en la Universidad del País Vasco. En una conversación con ElNacional.cat, resume de forma clara qué problema tiene el PNV: "Desgaste después de cuatro décadas casi ininterrumpidas del gobierno". Los vascos tienen la sensación de que estos últimos años los servicios públicos no han estado al mismo nivel que en tiempos anteriores; y ETA ya no existe para el electorado joven": he ahí el cóctel que puede provocar un cambio de ciclo en los próximos días en Euskadi.
La batalla se juega en el eje social, no en el nacional
García destaca, aparte, que estas elecciones se celebrarán en un momento en que el apoyo al independentismo está a mínimos históricos en Euskadi. "Es por eso que Bildu pone más sobre la mesa aspectos sociales que el discurso sobre la autodeterminación", argumenta. "Sí que esta formación reivindica que, a largo plazo, quiere conseguir la independencia, pero queda claro que ahora no es lo que toca", señala.
La concejala Edurne Espilla, en su conversación con ElNacional.cat, considera que Bildu sí que consigue convencer a varios votantes a través del eje nacional. Lo cierto, sin embargo, es que cuando habla de las bondades de su partido político, empieza enumerando los objetivos sociales de la formación. "La gente ve que Bildu tiene otra manera de hacer política", añade, además de celebrar que con los años, y con paciencia, la sociedad ve su formación como "una alternativa natural".
Josu, un vecino de 43 años de Galdakao, está convencido de que lo que vende mejor actualmente Bildu es la capacidad de gestión que ya ha puesto de manifiesto en pueblos como el suyo. Añade, también, que sus votantes son jóvenes. Un colectivo de la población que "ni recuerda ni conoce la lucha armada". Además, apunta que "muchos adultos vascos recuerdan que Otegi, hiciera lo que hiciera, ya pagó yendo a prisión; Bildu está completamente normalizado", añade.
Idoia, una vecina de Galdakao de 60 años que toda la vida (y también lo hará este domingo) ha votado PNV, lamenta que el partido político que la ha acompañado siempre "es visto como una formación arcaica a ojos de los jóvenes". "Además, ellos no vivieron la época dura de los años 80 y 90, en los que tenías que callar mucho", añade. Pero lo celebra: "Que a críos de veinte años ETA les suene tan lejano como Franco significa que está superado".
PNV+Bildu, un matrimonio todavía inviable
Una de las paradojas de las elecciones de Euskadi de este 2024 es que en un momento en que el apoyo a la independencia es muy bajo, todo indica que el parlamento vasco será el más soberanista de la historia, por la suma de PNV y Bildu. ¿Si bien en Catalunya ha sido posible el acuerdo entre Esquerra Republicana y Junts per Catalunya (o CDC) en los últimos años, por qué no pueden hacer lo mismo estas dos formaciones soberanistas vascas?
Porque la lucha armada ha provocado que para PSE y PNV sea muy difícil pactar con la izquierda abertzale. Es la explicación que da a este periódico el politólogo Jonatan García. Aparte, señala que las hojas de ruta que tenían los diferentes espacios del independentismo catalán hace diez años eran compartidas, cosa que no ha pasado nunca en Euskadi. Está convencido, además, de que "la ciudadanía vasca no lo entendería". Al menos todavía. Lo deja meridianamente claro Aner, un joven de 21 años votante de Bildu: "El PNV se ha quedado un poco atrás, pero no me parecería extraño un pacto entre los dos".