De la inquietud a la euforia contenida. La noche electoral del 28 de mayo fue de contrastes en el hotel Catalonia Ramblas, el emplazamiento donde Junts per Catalunya y Xavier Trias siguieron el escrutinio. Antes de las ocho de la noche, los presagios demoscópicos no eran buenos: ninguna de las encuestas que salieron después de cerrar los colegios electorales auguraba una victoria de Trias per Barcelona. De hecho, la de GAD3 les situaba en tercera posición y parecía que las opciones de ser la primera fuerza y optar a la alcaldía de Barcelona se esfumaban. Pero a medida que el escrutinio llegaba al 50%, las caras de los presentes cambiaban. El recuento los colocaba al frente de la carrera y, cada vez que este avanzaba, la victoria de Trias se consolidaba.

Desde que el exalcalde anunció que se presentaba, las perspectivas de Junts cambiaron. El mes de enero, Xavier Trias ya duplicaba las previsiones y se colocaba en la primera plaza. Este efecto mitigaba el desencanto que había en el seno de la formación juntaire sobre estos comicios, los primeros como formación política registrada. Los debates internos y la salida del Govern no tenían un impacto positivo, hasta entonces, en los sondeos. En paralelo, desde la sala de máquinas empezaron a trabajar en la línea de tejer acuerdos con otros partidos del espacio postconvergente, siguiendo lo que trazaba Trias en la ciudad barcelonesa, con la diferencia que no ha habido ningún acuerdo global con el PDeCAT.

Junts cerraba la noche del 28 de mayo con un resultado bastante positivo: con la primera posición en Barcelona como punta de lanza, el partido repetía como fuerza con más victorias en municipios (339 por 331 de ERC) y conseguía avanzar del tercer lugar del 2019 al segundo en porcentaje de votos (del 15,98 al 18,38%). Eso sí, quedaba por detrás de los republicanos —como ya pasó en mayo de 2019— en número de concejales: 2.804 los de Oriol Junqueras, 2.683 los de Laura Borràs y Jordi Turull. Aparte de la gran trascendencia del triunfo de Trias —y a pesar de algunas decepciones en puntos como Girona, Reus o Ripoll—, Junts se situaba como primera fuerza independentista, un hecho que no pasaba desde las elecciones europeas de 2019.

Pocas horas después, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendía con el anuncio de unas elecciones generales anticipadas que se esperaban para diciembre, pero que finalmente tendrán lugar el 23 de julio. Eso cogió a contrapié muchos partidos. En el caso de Junts, todavía no había celebrado su ejecutiva para valorar el resultado de las municipales. El encuentro, que se hizo el lunes por la tarde, también sirvió para abordar esta nueva convocatoria para la cual ya solo queda un mes y medio. En el cónclave, Jaume Giró y Míriam Nogueras anunciaron que se presentarían a las primarias para encabezar la lista del partido en el Congreso de los Diputados y la dirección decidió proponer una lista conjunta con las fuerzas independentistas para esta nueva contienda —escenario que solo se está valorando para el Senado, como adelantó El Nacional.cat. El viernes, Giró comunicaba que se apartaba de las primarias.

El balance de las municipales

Teniendo como faro a Xavier Trias, y aprovechando el impacto de unas municipales que la dirección valora como "positivas", Junts quiere arrastrar esta tendencia a las generales e intentar competir de tú a tú —apuntan algunos dirigentes— a Esquerra Republicana, un hecho que no pasa desde el año 2015. Por otra parte, admiten que el PSC será un rival mucho más duro. La última victoria del espacio fue el año 2011, cuando Convergència i Unió superó el millón de votos y rozó el 30% de los sufragios, traduciéndose en 16 escaños en la cámara baja. Cuatro años después, bajo la marca de Democràcia i Llibertat, el grupo se reducía a la mitad (15,1% de los votos y 8 diputados) y caía hasta la cuarta posición, por detrás de los comunes, ERC y el PSC. Con la repetición electoral de junio de 2016 (y presentándose como Convergència Democràtica de Catalunya), el espacio mantenía las ocho actas, pero bajaba del 14%. En las dos convocatorias del 2019, se mantuvieron en el mismo porcentaje y el 10 de noviembre repitieron los 8 representantes, aunque con la posterior ruptura entre el PDeCAT y Junts, el grupo ha acabado reducido a 4.

La línea de retroceso o estancamiento que se ha registrado en el apoyo al partido en las elecciones generales también se veía en los comicios locales hasta la convocatoria de este año. CiU se había impuesto en las elecciones municipales del 2011 y 2015 con el 27,2% y el 21,5%. El año 2019, Junts se quedaba por debajo del 16% y el espacio bajaba de los 3.000 concejales. Ahora, han remontado hasta el 18,4% y, en cifras absolutas, han retrocedido casi 6.000 votos con respecto al año 2019. El matiz que hay que añadir es la caída de la participación en estos comicios y la división con el PDeCAT, que superó los 55.000 sufragios el pasado domingo.

Los juntaires sacan pecho de mantener el liderazgo en la Diputació de Girona con los resultados del 28-M, pero sobre todo de haber vuelto a recuperar la primera posición en la de Lleida. Por otra parte, destaca el incremento en la Diputació de Barcelona —en buena medida, por la victoria de Trias— y quedando empatados a 11 escaños con ERC. La otra cara, sin embargo, es la Diputació de Tarragona, donde han retrocedido.

De las 43 capitales de comarcas, Junts se impuso en 15 de ellas, aunque en estos resultados hay claroscuros. Mientras que destaca el crecimiento en Figueres —con mayoría absoluta—, Sant Cugat del Vallès y Tàrrega (que son ciudades donde ya habían vencido el año 2019, pero la formación de tripartitos les impidió revalidar las alcaldías), o también la subida en puntos como Igualada, Tortosa y Martorell —llegando casi al 65%— con candidatos que apuestan por una vía más pragmática, también ha habido destacadas conmociones. El ejemplo más ilustrativo es perder Girona, pasando de la primera a la tercera plaza. La capital gerundense era un feudo para el espacio desde el 2011, cuando Carles Puigdemont llegó a la alcaldía. Paralelamente, destaca la pérdida de las mayorías absolutas en Vic (del 43,4 al 29,8%), Puigcerdà (del 58,8 al 28,2%), Olot (del 44,5 al 32,8%), Gandesa (del 50,5 al 44,9%), les Borges Blanques (del 47,2 al 49,9%) o Móra d'Ebre (del 44,4 al 38,1%). En otros puntos donde el retroceso ha preocupado son El Pont de Suert (del 41,1 al 22,8%), Manresa (del 28,1 al 20%), Sort (del 20,3 al 7,8%) y, sobre todo, Ripoll (del 42,5 al 16,7%).

En algunas localidades donde han ganado, sin embargo, tienen el riesgo de perder la alcaldía. Los casos más reseñables son Olot (donde la CUP, que quedó segunda, ya ha trasladado su intención de sumar con ERC y el PSC), les Borges Blanques (Borges per la República quiere sumar con ERC) o Montblanc (Ara Pacte Local consiguió el mismo número de concejales que ellos y quieren pactar con Esquerra). En menor grado, está Tàrrega, donde se quedaron a un concejal de la mayoría absoluta, y ERC, PSC y la CUP (que gobernaron el mandato 2019-2023) todavía sumarian suficientes ediles para seguir gobernando. También quiere intentar esta fórmula Jordi Jordan, candidato de Movem Tortosa, aunque Meritxell Roigé se quedó a un acta de la mayoría. En cambio, podrían intentar sumar para tener la alcaldía en algunas ciudades donde quedaron segundos. Los ejemplos son Puigcerdà o Mollerussa. Además, tendrán un papel clave en lugares como Girona (podrían contribuir a una alcaldía independentista sumando 14 concejales con Lluc Salellas).

El paso al lado de Jaume Giró aclara el camino de Míriam Nogueras

Aunque este lunes Junts per Catalunya propuso hacer una lista conjunta de las fuerzas independentistas para las elecciones del 23 de julio, la propuesta fue rechazada por Esquerra Republicana (al menos, en el Congreso). Entretanto, los juntaires ya han puesto en marcha el proceso de primarias para escoger candidato al Congreso. Aunque estaba previsto que Jaume Giró y Míriam Nogueras fueran los aspirantes, finalmente Giró no concurrirá y explicaba en el comunicado donde detalla la decisión que tanto Puigdemont como Turull le trasladaron la poca conveniencia de celebrar ahora unas primarias. De esta manera, todo apunta que Nogueras será la jefa de cartel. Como portavoz de Junts en el Congreso —lo es desde que Laura Borràs renunció al acta para presentarse a la presidencia de la Generalitat—, Nogueras ha encarnado un estilo de confrontación con el Gobierno.

Por demarcaciones, la alcaldesa en funciones de Girona, Marta Madrenas, se postulará para ser la cabeza de filas de la provincia, mientras que en la lista de Lleida podría estar Toni Postius, a pesar de que no necesariamente como número uno. Postius ya fue diputado en el Congreso entre los años 2015 y 2019. En Tarragona, opta a ser el número uno Josep Maria Cruset, exalcalde de Riudoms y expresidente del Port de Tarragona.