Ayer se hacía público el informe de The Economist sobre su ranking de democracias, el “index democracy”. Irene Lozano, quien fuera diputada de UPyD y después del PSOE, actual secretaria de Estado de España Global, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, celebraba la noticia. España se encontraba en el puesto 18, entre las 22 democracias plenas. También estaba contento el presidente Sánchez, que celebraba el reconocimiento de España como democracia plena. De hecho, con esta afirmación abría su intervención en el Foro de Davos.
El index democracy del Economist decía algo más, que para Pedro Sánchez ha pasado desapercibido. Y es que señalaban en el estudio que la condena a los líderes independentistas catalanes se había hecho en base a la literalidad de la ley, pero que se trata de condenas muy largas y que el delito de sedición no está precisamente dentro del espíritu democrático que debería tener una democracia plena. Este pequeño detalle se le ha pasado a Sánchez, pero no a Puigdemont que se lo recordaba públicamente.
Precisamente, esto sucedía ayer, mientras España se sometía al examen que cada cinco años realizan desde Naciones Unidas, y del que España no salió bien parada:
Y es que esto de los índices tiene su miga. Según un interesante artículo firmado por Jordi Mas Elias, los índices reflejan en general una degradación de la democracia en España. Concretamente, el índice V-Dem la ubica en los niveles más bajos en la etapa constitucional. Este especialista hace un análisis de los distintos índices que miden las democracias del mundo y nos afirma que España ha sufrido un retroceso en este sentido. Dependerá de la sensibilidad de los indicadores querer entenderlo de una manera o de otra. Existen índices minimalistas y maximalistas. Y sin querer extenderme en una explicación técnica que no me corresponde, lo que este experto nos señala es que en aquellos sistemas de medición que son menos permeables a los cambios, a penas se aprecia la involución que está sufriendo España. En aquellos sistemas más sensibles, la involución en materia de derechos civiles y libertades está sobre la mesa. Depende de la importancia que se le dé en cada uno de ellos a los factores que consideran determinantes para observar un mayor o menor grado de retroceso. El V-Dem, que según el experto aporta fiabilidad y transparencia, nos dice que durante los tres últimos años España ha registrado sus niveles más bajos en índices de democracia durante su periodo constitucional.