Dijo que temió por su vida y que "no podía defenderme" porque "no paraban". El sargento de la Guardia Civil supuestamente agredido en Altsasu aseguró la semana pasada durante el juicio que, "cuando me agredió, no podía defenderme y solo [podía] taparme porque me bajaban [golpes] por todos los lados". Ahora, sin embargo, un vídeo publicado por EiTB y grabado por uno de los acusados por terrorismo pondría en duda esta versión, así como la de la fiscalía y las acusaciones, ya que, después de que también pusiera de relieve ante el juez de la Audiencia Nacional que su camisa había quedado rota y llena de manchas por las patadas que había recibido, en la grabación se ve como el agente en cuestión viste una camisa blanca completamente impoluta, sin ninguna mancha.
Aunque el tribunal rechazó en un primer momento aceptar el vídeo como prueba, ayer lo acabaron admitiendo después de que la defensa lo volviera a presentar y lo visualizara. De hecho, en la grabación —hecha durante la madrugada del 15 de octubre de 2016— no solo se aprecia como el sargento está perfectamente a primera vista, sino que también se ve como, cuando se da cuenta de que le están grabando, se acerca al acusado, le golpea el móvil y se lo tira al suelo.
Al principio de la prueba audiovisual también se puede oír como los acusados le sueltan que "en lugar de dar explicaciones, reprimen", mientras pide a un compañero que grabe la situación. Además, se puede esuchar como se quejan de que "el de blanco, porque es sargento, puede estar allí [con los agentes de la policía] y nosotros tenemos que estar aquí".
"No está trabajando, ¿eh?", se puede escuchar también, al mismo tiempo que se oye a otra persona señalando que "acaba de pegar a una persona".
Además, por si no se acaba de apreciar, se oye como uno de los testigos dice que "el de blanco le ha dado una torta" e, incluso, se plantean interponerle una denuncia. Finalmente, el guardia civil fuera de servicio se marcha acompañado de otro agente, pero no se puede privar de reprochar a los acusados que le hayan filmado sin pedirle permiso.
"¿Cómo le tenemos que dejar en paz?", se oye al final, porque, según ponen encima de la mesa, "le ha metido [el guardia civil] una paliza". Y no solo eso. En aquel momento el sargento no fue capaz de identificar a los presuntos agresores que ahora asegura que lo habrían golpeado y, lo peor, se ve como va con la policía foral a buscarlos en un bar cuando, según su versión actual, los supuestos atacantes son los que graban y salen en el vídeo.