Los desplazamientos del presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, en el G20 han sido espectaculares. Una extensísima delegación de más de 80 vehículos ha acompañado a Biden por las calles de Roma. Desde ambulancias, coches blindados, policía y coches oficiales han protagonizado un espectáculo contradictorio, ya que Biden ha venido a Roma para asistir a una cumbre sobre la emergencia climática.
Biden en Roma! Desfile de coches escoltas impresionante ! https://t.co/mciWyLIDuI
— Martin Eduardo Botero (@boteroitaly) October 30, 2021
El desfile de vehículos por las calles de la capital italiana ha despertado sorpresa entre los periodistas que han presenciado el paso de la delegación americana. Mucha gasolina y CO2 para llevar al presidente a hablar sobre el cambio climático y como frenarlo. A pesar de las contradicciones, los líderes del G20 han acordado mantener el techo del calentamiento global en 1,5 grados y emprender acciones para afrontar el problema.
Nothing shouts "I care about carbon emissions" loader than Biden's 85 car motorcade in Rome:pic.twitter.com/sWSpqhb2Wo
— Dr. Eli David (@DrEliDavid) October 30, 2021
Un acuerdo esperado
El julio pasado el encuentro de los ministros de Energía y Medio Ambiente del G20 fracasó a la hora de establecer este objetivo común, después de que China e India, grandes contaminantes, se negaran a aceptarlo. La intención del G20 era consensuar una postura común de cara a la Cumbre de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP26) que arranca hoy en la ciudad británica de Glasgow (norte).
El acuerdo está "prácticamente cerrado, falta sólo algún flequillo" sobre otras cuestiones, han agregado las fuentes.
Inversiones de 100.000 millones
De momento el G20, cuyos miembros acumulan el 80% de la riqueza y el 60% de la población del mundo, ha consensuado inversiones por 100.000 millones de euros para que los países en vías de desarrollo puedan implementar políticas que les permitan respetar los compromisos medioambientales. Y se han acordado medidas para poner en marcha a lo largo de esta década, que todavía no han trascendido.
Las negociaciones han sido difíciles, ya que se trata de una cuestión difícil por la exigencia de limitar las emisiones y la producción industrial de las potencias. Por eso el primer ministro anfitrión, el italiano Mario Draghi, minutos antes que trascendiera el acuerdo, ha instado a sus socios del G20 en Roma a alcanzar un pacto para mantener el calentamiento global en 1,5 grados, después de que en julio China y la India lo rechazaran.
¿"Algunos de nosotros se preguntan por qué están llevando nuestro objetivo climático de 2 grados a 1,5 Por qué? Porque lo dice la ciencia", ha advertido Draghi, presidente de turno del G20, ante sus socios en el plenario de la capital italiana.