El espionaje del Estado español al president Carles Puigdemont y a su entorno, desde que se exiliaron en otoño de 2017 a Bélgica, es sabido y recientemente admitido por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con el software Pegasus y otras herramientas de espionaje, al ser descubiertos por la investigación del CatalanGate, del grupo Citizen Lab. Además, hoy ha trascendido que la defensa de los exiliados catalanes ha puesto en conocimiento de las autoridades belgas que cuatro individuos entraron en el parking del edificio donde está la sede del Consell per la República en Bruselas, el 12 de enero de 2021, de madrugada, sin que, finalmente, accedieran al interior de sus oficinas. ElNacional.cat ha tenido acceso a los vídeos aportados a la investigación, que ha avanzado El Mundo. El edificio aloja a otras entidades y organizaciones políticas. Por ahora, no han trascendido resultados de la denuncia.
En los vídeos, se ve cómo un vehículo accede al parking del edificio, salen cuatro hombres, con mochilas, mascarillas y capuchas o gorra. Después suben por unas escaleras, y se ve a uno de los individuos manipular una cuerda delante de una puerta. Cuando bajan los cuatro por las escaleras, agachan la cabeza para no ser identificados por las cámaras del edificio. La tentativa de allanamiento de la morada del Consell per la República se produjo dos días antes de que el president Puigdemont interviniera en el Parlamento Europeo en defensa de la inmunidad de los diputados independentistas catalanes, que ahora vuelve a ser cuestionada.
Detenido en Alemania
La prueba de un seguimiento ilegal al president Puigdemont se constató cuando fue detenido en Alemania, cuando atravesaba la frontera en coche desde Dinamarca a Bélgica, el 25 de marzo de 2018, en aplicación de la euroorden de detención y entrada cursada por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. El Gobierno admitió que lo seguían de cerca porque se había puesto una baliza de seguimiento en su coche. Finalmente, en julio el Tribunal de Schleswig-Holstein canceló la orden de extradición que había pedido la Justicia española contra el president Puigdemont porque el juez Llarena no lo quería solamente por el delito de malversación, como consideraba el tribunal alemán, sino también por el de rebelión.
En el vehículo, con el president Puigdemont, había dos agentes de los Mossos de Esquadra, fuera de servicio, que fueron juzgados en Madrid por haber ayudado al político catalán a huir, y finalmente fueron absueltos. También lo acompañaba el jefe de la oficina del president Puigdemont, Josep Lluís Alay, que fue detenido al llegar a Barcelona.
En el escándalo del espionaje español, destapado ahora por el grupo de la Universidad de Toronto de los 65 catalanes espiados, ha certificado que Alay también fue infectado. Y recientemente, el CNI ha reconocido que entre las 18 personas que espió del entorno de Puigdemont, incluyó a Alay, y a través de su móvil monitorizado pudo seguir sus pasos y detenerlo en Alemania, según diversas informaciones. La excusa, avalada por un juez del Tribunal Supremo, era para evitar un "nuevo peligro para la unidad de España".
Baliza en el coche
Otro incidente demostrado fue en abril de 2019. El exilio denunció que unos desconocidos aprovecharon que el president Carles Puigdemont era en las reuniones que mantenía durante los primeros meses del exilio en el Hotel Husa President Park de Bruselas para colocar en sus coches dos balizas de seguimiento. Los expertos belgas determinaron que se trataba de dispositivos "sofisticados" que antes de ser colocados se prepararon a nivel técnico con "material de alta calidad y por manos expertas", probablemente, según las investigaciones, en la zona de Arquennes, un municipio a veinte minutos de Waterloo y a cuarenta de la capital. El análisis de las dos balizas localizadas y la actividad de las tarjetas SIM, todas británicas, que habían estado en contacto, permitieron a la policía belga centrar la investigación en diversos espacios de la zona de Bruselas y alrededores.
Ahora, los investigadores belgas intentan aclarar quiénes son estos individuos que intentaron entrar por la fuerza en las oficinas del president Puigdemont y del Consell per la República.