El exconseller Santi Vila cree que es necesario un referéndum pero defiende la unidad de España. En una entrevista en El Món a RAC1, y coincidiendo con la presentación de su libro Vencer y convencer: del banquillo de los acusados al compromiso con la reconciliación, ha declarado: "Visto el dolor que hemos causado y lo difícil que es, seguiría comprometiéndome para que los catalanes podamos votar. Pediría poder votar y después seguramente haría campaña por el no y la reconciliación". Vila recalca su "admiración por el president Carles Puigdemont, por como afronta un momento" complicado y recuerda que es injusto hablar de su residencia en Waterloo "como si fuera fácil llevarlo, cuando realmente es traumático e injusto".
El exconseller ha explicado que después de dos años y dos cartas escritas a Puigdemont, se reencontraron en Bélgica y estuvieron horas hablando, riendo, discrepando y sobre todo con la misma complicidad del primer día: "Parecía que hacía sólo una semana que no nos veíamos". Y remarca que es a quien más injustamente se ha tratado de todos los políticos independentistas: "Se le ha masacrado como si fuera una persona que se come a las criaturas".
Vila no es la primera vez que declara abiertamente que hay un "independentismo radical" que no favorece la imagen de España: "Ha sido señalado continuamente que necesita mejorar su independencia judicial, pero no se puede afirmar que no están separados" los poderes. Y concluye que el estado español no es la Unión Soviética. Sobre los ataques que considera haber recibido desde ciertos sectores independentistas, los relativiza: "Me han dicho de todo, también rata, pero ya veo que no tengo la exclusiva" de esta definición. En el otro lado, también pide respeto para los contrarios a la independencia como el popular Enric Millo: "Somos un país liberal, abierto y tolerante, y no podemos perder la empatía hasta el extremo de justificar esta masacre".
En el debate de política actual, considera que "esta legislatura ha sido muy triste" después de que Basté le recordara que ha definido de "pobre hombre" al president Quim Torra en su libro. Y en este contexto, considera que él y los presos políticos "han sido instrumentalizados por un combate que iba más allá de los muros del Tribunal Supremo".