El excomisario José Manuel Villarejo ha debutado este jueves en el juicio del caso Erial, que investiga el presunto fraude de contratos públicos a cambio de subvenciones por parte del expresidente de València y ministro del PP, Eduardo Zaplana. Villarejo ha declarado como testigo propuesto por la defensa de Zaplana, y ha señalado al expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al exdirector general de la Policía, Juan Cotino, y al CNI de liderar una cacería política contra Zaplana por miedo a que les pudiera disputar el liderazgo político del Partido Popular, y solo ha contestado a los abogados del expresidente valenciano, ya que, el fiscal ha decidido no preguntarle nada. Según ha relatado el excomisario las actuaciones policiales dirigidas a desacreditar Zaplana empezaron entre 2010 y 2011, por razones que ha asegurado que desconoce. “Yo no quise participar, y en el 2016, en un encuentro con el coronel jefe de la UCO, le dije que era un error utilizar malas artes”, ha declarado.
En una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados el año 2021, Villarejo afirmó que la investigación del caso Erial fue un montaje contra Zaplana, y por eso se había utilizado un ciudadano sirio, confidente del CNI, que fue quien encontró unos documentos en el piso que había sido propiedad de Zaplana y que destapó el caso Erial. Este jueves, ha ido un paso más allá y ha afirmado que Rajoy “estaba obsesionado” por arruinar la carrera política de Zaplana para evitar que le diera sombra al PP, y según ha detallado, encontró en Cotino —ya muerto— al mejor aliado.
Las intenciones de Rajoy contra Zaplana
Villarejo ha asegurado que el interés contra Zaplana “era de Inteligencia” y ha añadido que “sorprendentemente, había más interés en su partido que en el PSOE. Yo a Juan Cotino le dije que los temas serios hacía falta usarlos contra terroristas e independentistas, no contra una persona que moleste”. Preguntado sobre a partir del 2011 detectó alguna actuación policial concreta contra Zaplana, Villarejo ha asegurado que “el interés era político y de inteligencia, conseguir información contra Zaplana por si fuera judicialitzable”. Según Villarejo, Zaplana “molesta políticamente”. Sin embargo, el excomisario ha indicado que la UDEF nunca quiso utilizar los rumores sobre el exministro para “colocar historietas” como la que afirmaba que tenía una fortuna oculta en el extranjero, tal como sostiene el fiscal a la causa.
El excomisario ha explicado que entre 2016 y 2017 se encontró en varias ocasiones con el coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Corbín, en los cuales hablaron de “varios asuntos”, entre ellos, de Zaplana, “I yo le dije que era un error usar malas artes para implicar. Que si había sospechas, habría un procedimiento ortodoxo”, ha detallado. El testigo ha insistido en que el número dos de la UCO estaba “muy vinculado al CNI” y “daba instrucciones a Corbín”. De hecho, este último le comentó en alguna ocasión que había “interés” del CNI hacia él y “cabe a los temas de Valencia”. Villarejo ha insinuado que Juan Cotino tenía interés en atacar a Eduardo Zaplana, “no era propio, él hacía lo que le pedía Rajoy. Pensaba que en un futuro podría disputarle el liderazgo. Yo no llegué a entender nunca esta obsesión a buscarle implicaciones a Zaplana. Yo le decía a Cotino que le dejaran en paz, que ya estaba retirado,” ha agregado. Y ha añadido “yo era gran amigo de Cotino, me parecía un hombre honorable, aunque era muy dependiente de Rajoy”. Preguntado, sobre este interés ha respondido: “Sí. Mi convicción, por lo que vi, es que no era un interés propio, sino que le pedían que lo hiciera. Él tenía muchas relaciones con Rajoy y el problema es que por las razones que sea pensaban que Zaplana podía, en el futuro, disputarle el liderazgo”.