Villarejo solo hay uno. En Canarias, sin embargo, se ha destapado un caso de corrupción que ha puesto al foco de atención en Marco Antonio Navarro Tacoronte, el Villarejo desordenado. El caso Mediador ha sido uno de los escándalos de corrupción más importantes de las Islas Canarias en los últimos años. Navarro Tacoronte grabó durante más de un año todo tipo de personas, desde políticos a empresarios, en situaciones comprometidas, con el objetivo de obtener información e influencia para su propia actividad como intermediario, unas actividades que le han servido para ganarse este apodo. ¿Sin embargo, quién es y qué papel ha tenido en la trama de corrupción de las Canarias conocida como "Caso Mediador"?
El caso Medidaor
Dentro de la trama Mediador, Navarro actuaba como encargado de facilitar la relación entre empresarios y políticos para obtener beneficios a cambio de comisiones. Sus grabaciones mostraron cómo el diputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo utilizaba su posición en el Congreso como herramienta para la acumulación de dinero corrupto procedente de comisiones para permitir a empresas peninsulares hacer negocios en las islas, retirar infracciones o conceder subvenciones. Navarro ha declarado, en una entrevista en Antena 3, que no tiene "la conciencia tranquila" pero que tampoco cree que haya hecho "nada malo".
La función de Antonio Navarro era la de mediador y conseguidor, encargado de facilitar la relación entre empresarios y políticos para obtener beneficios a cambio de comisiones. Las grabaciones mostraron, además de los implicados mencionados, que el caso también ha implicado otros políticos y empresarios en las islas Canarias, y ha causado una gran conmoción en el gobierno de las islas y en el Partido Socialista a escala nacional. La investigación todavía está en curso y se espera que haya más desarrollos y nuevos implicados en el futuro.
La corrupción de las Canarias llega al Congreso
Gracias a sus grabaciones, Navarro consiguió incriminar en el caso de corrupción Medidador al general de división Francisco Espinosa Navas, acusado de tráfico de influencias y blanqueo de capitales, entre otros delitos. También consiguió implicar al diputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo en un caso de corrupción relacionado con el uso de la Cámara Baja para acumular dinero ilícito procedente de comisiones para conceder subvenciones o para permitir que empresas peninsulares hicieran negocios en las islas. Las revelaciones de Navarro han sido tan impactantes que han afectado de forma importante al sistema político canario. De hecho, la presidenta de las Islas Canarias, Ángela Ballester, anunció que tomaría medidas para combatir la corrupción al llegar al cargo, precisamente a raíz de las grabaciones del mediador.
El caso empezó a partir de la denuncia de la mujer del director de Deportes del Cabildo de Tenerife, Ángel Luis Pérez Peña, que acusaba a Navarro de perpetrar una estafa a través de un cargo de 2.700 euros en una tarjeta que él no pudo explicar. Esta acusación, sin embargo, fue desestimada por los tribunales, ya que Navarro entregó sus pruebas grabadas a los investigadores. A partir de aquí, se inició una investigación que ha puesto al descubierto una red de corrupción y tráfico de influencias que ha afectado a varias esferas de la sociedad canaria.