Al día siguiente que el comisario Villarejo acusara al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de estar detrás de los atentados del 17 de agosto de 2017, hoy ha insistido en vincular el Estado con el 17-A. A su llegada a la Audiencia Nacional, donde estos días declara por el caso Tándem, Villarejo se ha mantenido en sus declaraciones de ayer, cuando aseguró que "el CNI calculó mal las consecuencias de dar un pequeño susto a Catalunya", en referencia al 17-A. Con todo, ha añadido cuáles eran las intenciones reales del CNI: "Probablemente la intención en absoluto era probar un atentado, pero si provocar una sensación de riesgo para que Catalunya sintiera la necesidad de la protección del Estado".
"Muchas veces se han provocado comandos ficticios para tranquilizar y tal", ha dicho Villarejo esta mañana en declaraciones en la prensa, que lo esperaba a su llegada a la Audiencia Nacional, después de la polémica generada por sus declaraciones. Además, ha puntualizado que el susto del cual hablaba ayer: "Se les escapó de las manos cuando el imán muere y los chicos no saben como reaccionar".
Así, lejos de rebajar sus palabras, ha recordado el vínculo que mantenían el CNI y la justicia española con el imán de Ripoll, que había actuado como confidente. También se ha fijado en el actual ministro del Interior del gobierno español, Fernando Grande-Marlaska, destacando que cuando era juez encargó pinchar su teléfono: "Y cuando lo tenían que expulsar, unos señores del CNI, hablan con el juez y anulan la orden de expulsión".
Pruebas en sus archivos
Después de sus polémicas declaraciones de ayer, que suponen un antes y un después en todo lo que rodea el 17-A, las víctimas de los atentados le han reclamado que aporte pruebas de estas acusaciones. La Unidad de Atención y Valoración a los Afectados por el Terrorismo (UAVAT) ha exigido vía comunicado que Villarejo presente todas las informaciones que certifiquen la declaración que ayer hizo en sede judicial.
Ante estas peticiones, Villarejo ha sido muy claro: "¿Quieren pruebas? Que vayan a mis informes. Que miren las conversaciones que tengo con el juez instructor, aunque estuviera jubilado. Están en mis archivos, ¿por qué los han declarado secretos?", ha ironizado el excomisario. "Yo autorizo que se liberen. Tenemos que pensar que la ciudadanía no es menor de edad y no se puede utilizar la ley de secretos para ocultarlo todo. Es una ley franquista, obsoleta, de 1968", ha concluido.
Ayer, los damnificados por el ataque terrorista en la Rambla y el Passeig Marítim de Cambrils aseguraron que el comisario está obligado a presentar todas las pruebas que tenga para aclarar los hechos que denuncia. Además, en un acto de compasión, han pedido que facilite toda la información que tenga como muestra de su empatía y solidaridad con las víctimas de los atentados en el corazón de la capital catalana. Sin embargo, las víctimas han formulado una pregunta a Villarejo, clara y directa: "¿Por qué ha esperado a tener un juicio en contra para hacer estas declaraciones?".