El juicio por presunto delito de revelación de secretos contra el exdirector adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional, Eugenio Pino, y su entonces subordinado, Bonifacio Díez, en el caso conocido como el 'pen drive de Pujol', empezará el martes que viene. La sección 23 de lo Audiencia Provincial de Madrid celebrará la vista oral en cuatro sesiones del 9 al 12 de junio. El primer día, después del interrogatorio de los acusados, está prevista la testifical de dos comisarios de la Policía Nacional, de tres inspectores jefe, de un policía nacional y de la secretaría particular del DAO. El día 10 declararán once testigos. Entre ellos, el excomisario José Manuel Villarejo y Jordi Pujol Ferrusola, a más de tres detectives y cinco policías nacionales.
El tercer día se dedicará a la prueba documental donde, entre otros, se reproducirá una conversación entre el excomisario Vilarrejo y el comisario Enrique García Castaño, procesado por la Audiencia Nacional, junto con Villarejo. La jornada del 12 de junio será para las conclusiones y los informes.
Delito de revelación de secretos
En Pino y Díez se los acusa de un delito de revelación de secretos para obtener custodiar un lápiz de memoria con datos del primogénito de Jordi Pujol, que se intentó incorporar a la investigación de la Audiencia Nacional sobre el patrimonio de la familia del expresidente.
El caso fue a parar inicialmente a la Audiencia Nacional porque la documentación de Pujol Ferrusola fue incorporada en un informe de la UDEF, que se presentó al Juzgado Central de Instrucción 5, en el marco de la investigación sobre el origen de la familia. El juez instructor, José de la Mata, sin embargo, vio "indicios del origen incierto" de los documentos y decidió incoar una pieza separada con el fin de no contaminar la causa.
Finalmente, la derivó en el Juzgado número 11 del cual es titular Juan Javier Pérez. Pérez procesó a los dos policías. Durante la instrucción, Pino aseguró que el lápiz le llegó de manos de lo que fue ninguno de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas, y que este le había indicado que provenía de la agencia de detectives Metodo3.
También declaró que, antes, le había ofrecido el dispositivo al el excomisario Villarejo, a cambio de las que le pagara medio millón de euros. Una cantidad que después habría rebajado hasta los 200.000 euros.