Las conversaciones que grababa el excomisario de la Policía Nacional, José Manuel Villarejo, salpican a periodistas y políticos, y lo hace sin ningún tipo de distinción entre socialistas y populares. El último que protagoniza todo un capítulo es quien fue ministro de Defensa, José Bono, del 2004 al 2006 bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Según unos nuevos audios que hoy publica el digital Voz Pópuli, Villarejo explica cómo el exministro detuvo de golpe las investigaciones sobre el accidente de avión Yak-42 a cambio de detener otra investigación paralela, la adquisición de dos impresionantes áticos en Estepona que Bono tenía y que formaban parte de la operación Astapa abierta en Málaga por un caso de presunta corrupción del PSOE.
"A tomar por culo"
"¡Y coge y pam! Esta investigación del ático a tomar por culo", se le oye decir a Villarejo en una conversación telefónica con Carlos Ripollés, quien presidía entonces la Asociación de Víctimas del Yak-42. Su hermano, José Manuel Ripollés, era comandante del Ejército de Tierra español y una de las víctimas mortales de la tragedia aérea de Trebisonda (Turquía), cuando se estrelló en mayo del 2003 el avión en el que viajaban tropas españolas de vuelta de Afganistán. Murieron 75 personas, pero la Asociación acabó tirando la toalla en la reclamación de sus investigaciones cuando, posteriormente y con el gobierno de Mariano Rajoy, la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, recibió a los familiares en La Moncloa, les pidió perdón y concluyó que de toda la información que pudieron recoger, no había ninguna sospecha de ninguna diligencia. A pesar de todo, la sombra sigue siendo larga actualmente. Los mismos militares habían denunciado previamente la falta de recursos y fiabilidad de los aviones y la identificación de los cadáveres fue una sucesión de errores, cierres y reaperturas judiciales.
Trillo-Bono-Marlaska
Bono no era el ministro de Defensa cuando sucedieron los hechos, en el 2003 estaba al frente el popular Federico Trillo, a quien un juzgado de Madrid ya abrió una investigación por falsedad en documento público, tráfico de influencias y prevaricación por la mayor tragedia de la historia de las fuerzas armadas españolas que tuvo lugar aquel mismo año, un 26 de mayo. Aunque, casualidades de la vida, fue un actual ministro socialista del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien archivó posteriormente la causa y cerró el recorrido que hubiera tenido el caso.
Así pues, el motivo por el cual cierne la duda ahora sobre Bono es por cómo encaró desde su ministerio la reacción de responsabilidad posterior a los trágicos hechos. Escuchando a Villarejo, lo tiene claro: "Entonces aparece Bono, que le ha regalado dos áticos que te cagas a un constructor que se llama San Martín y tal. Y el tipo coge y dice: 'Escucha, que saco aquello del Yak'. Y así desaparece la investigación del ático. Y Bono amenazando con papeles... Hace poco me dijo: 'Tengo papeles'. Pues sácalos. Y al final dijo: 'No tengo, era un targetón que enviaron'." En el audio, que forma parte del conjunto de material que el analista Alvise Pérez entregó voluntariamente la semana pasada a los juzgados de Plaza de Castilla, Villarejo está convencido de que el Gobierno escondió deliberadamente pruebas del trágico accidente.
Recordando el Yak-42
La víspera del accidente, el 25 de mayo de 2003, se habían celebrado en España elecciones municipales y autonómicas, previamente a las generales del 2004. El gobierno del PP, inmerso en una crisis con grandes movilizaciones contra la guerra de Iraq, se temía un castigo duro en las urnas. Pero los resultados fueron mejores de lo que se esperaba. Y cuando se conoce el accidente, ya de madrugada, la primera reacción del entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, es intentar pasar página cuanto antes mejor. Así pues, 48 horas después del siniestro, se celebra un funeral de Estado en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) donde acuden los Reyes y se retransmite en directo por TVE. En el mismo funeral ya se producen las primeras tensiones entre el Gobierno y las familias y se iniciaba un largo camino de lucha para saber la verdad que ha quedado en papel mojado.