José Manuel Villarejo estrecha el círculo sobre Mariano Rajoy. El excomisario ha declarado este viernes en la Audiencia Nacional por el caso Kitchen, causa que investiga el presunto espionaje ilegal a Luis Bárcenas. Villarejo se ha ratificado en aquello que reveló en la comisión de investigación de esta operación en el Congreso: que se intercambiaba mensajes con el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para informarlo de la operación. El imputado asegura que el contacto entre ambos duró "varios meses" porque el exlíder popular tenía "interés personal en el tema" y consideraba la cuestión "un problema de Estado".

Lo que Villarejo habría declarado es que Rajoy se mostraba "interesado" en conocer si la operación estaba funcionando bien. Especialmente, lo que parecería que preocupaba al también expresidente del Partido Popular es si Bárcenas tenía "información y documentación comprometida" del partido y de él. El comisario jubilado ha afirmado que cree que Rajoy era "muy desconfiado" y que por eso hablaba con él directamente. Pero no es el único miembro del partido conservador a quien implica: nuevamente, Villarejo ha sostenido que él informó a María Dolores de Cospedal de la interlocución con el presidente español y que, de hecho, la exsecretaria general del PP participó en el traslado de mensajes entre uno y el otro.

La versión de Villarejo

El comisario jubilado ha relatado en sede judicial ante el juez Manuel García-Castellón que, para hablar con Mariano Rajoy, disponía de dos números de teléfono. En uno de ellos, el expresidente nunca contestaba, pero con el otro sí que se podía comunicar con él. Sobre quién le dio los teléfonos, Villarejo ha asegurado que no recordaba si había sido alguien del CNI o bien Cospedal.

Imagen: José Manuel Villarejo, junto a su abogado, llegando a la Audiencia Nacional. Europa Press.

El excomisario ha ido más allá y ha expresado que el entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán, consideraba que "el espionaje en Bárcenas era conveniente porque el extesorero no sólo guardaba información comprometida del PP, sino que también podía afectar a las instituciones del Estado".

El tercer nombre de los populares que también ha salido a escena es el de Soraya Sáenz de Santamaría, exvicepresidenta del gobierno Rajoy. El expolicía ha dicho que tenía contacto "bidireccional" con ella y que intercambiaba mensajes con ella a través de una tercera persona que, al mismo tiempo, hablaba con la que era cabeza de gabinete de Sáenz de Santamaría. De hecho, ha sostenido que la exvicepresidenta disponía de una copia de alguna documentación extraída a Luis Bárcenas.

Reuniones con Cospedal en el Ministerio de Defensa

Esta misma semana, María Dolores de Cospedal comparecía en la Audiencia Nacional y reconocía que se había reunido con Villarejo en alguna ocasión. El que fue jefe de gabinete de la exministra de Defensa dijo que él se encargaba de recoger con el coche oficial del PP al comisario a unos 40 metros de Génova 13 con el fin de hacerlo entrar en la sede por el garaje y, así, evitar que hubiera constancia de sus visitas. Ahora, en su declaración, José Manuel Villarejo ha narrado que también se encontró con ella en su despacho del Ministerio de Defensa e, incluso, en algún restaurante de Marbella.

Sin embargo, ha descartado que Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, le hicieran algún encargo concreto y que le pagaran por alguna tarea. Esta pregunta se ha realizado porque en las famosas agendas requisadas del comisario aparecen anotaciones que podrían indicar que recibió algún pago de la exsecretaria general del PP. Sobre sus diarios, se ha limitado a declarar que creía que era su letra y ha rehusado hacer afirmaciones al respecto hasta "tener copias" de estas.

En relación con su papel en la operación Kitchen, José Manuel Villarejo ha explicado que empezó a hacer trabajos porque se lo pidieron "desde el Ministerio del Interior" y ha dado tres nombres: Jorge Fernández Díaz (exministro del Interior), Francisco Martínez (que fue secretario de Estado de Seguridad) e Ignacio Cosidó (exdirector general de la Policía española). La función que le encomendaron fue, según él, la de hacer "tareas de inteligencia" para conseguir el material "comprometido" que afectaba al PP y al Estado. En esta línea, ha confirmado que convenció al chófer de Bárcenas para espiarlo.

Finalmente, el expolicía ha apoyado la versión del que fue inspector jefe de la Gürtel, Manuel Morocho, que expuso que recibió presiones por parte de José Luis Olivera (exjefe de la UDEF) para boicotear sus indagaciones. Villarejo ha aseverado que personalmente hizo gestiones a fin de que Morocho tuviera "un mejor destino" dentro de la Policía.

 

Imagen principal: José Manuel Villarejo, antes de declarar este viernes en la Audiencia Nacional. Europa Press.