El excomisario José Manuel Villarejo ha situado al expresidente del Gobierno José María Aznar como la persona que estaba tras el operativo montado por el Partido Popular para espiar a su propio tesorero, Luis Bárcenas.
Según adelanta El Món a Rac1 a partir de conversaciones extraídas del sumario de la operación Kitchen, Aznar habría maniobrado contra Bárcenas con un objetivo claro, forzar la caída de Mariano Rajoy. Además, todo eso lo habría hecho con la complicidad del exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón.
Asimismo, Villarejo habría apuntado, según el medio citado, a una guerra sucia interna en el PP que tenía como objetivo robar la información que el extesorero del PP tenía relacionada con la caja B, pero el papel de Aznar no sería el de proteger a otros miembros del partido sino al contrario, provocar la caída en desgracia de algunos de ellos. Así se demostraría a partir de conversaciones con Sergio Ríos, al mismo tiempo chófer y espía de Bárcenas al servicio, supuestamente, del Ministerio del Interior.
Además, el excomisario defiende que si Bárcenas entró en la prisión fue por un acuerdo entre Azanr y Ruiz-Gallardón cuando este último era ministro de Justicia. El objetivo habría sido provocar un congreso extraordinario del partido y hacer caer a Mariano Rajoy.
Villarejo, a diestro y siniestro
Esta nueva revelación de Villarejo se suma a las que se están conociendo estos últimos días, como que el mismo excomisario denuncia registros continuos en su celda donde está preso en Estremera.
Ayer mismo se supo que, según el excomisario, a principios del 2017 se urdió una segunda Operación Catalunya con la finalidad de parar el referéndum de octubre del 2017 y atacar frontalmente el independentismo democrático catalán, y para llevarlo a cabo contaba con la colaboración de María Dolores de Cospedal, peso pesado del Partido Popular y del Gobierno encabezado por Mariano Rajoy.
Vilarejo habría ideado aquella nueva maniobra de Estado contra el independentismo a través del marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, a quien habría ofrecido los datos de miles de cuentas de catalanes en Andorra a principios del 2017. "Eso es muy importante, Ignacio, porque es acabar con los independentistas de una puta vez por todas", le habría dicho Villarejo a López del Hierro, para añadir: "Coméntalo a María Dolores". Se trataría de los datos de unas 12.000 cuentas de las cuales serían titulares unos 4.000 empresarios catalanes. A cambio, Villarejo buscaba garantías para que algunos de sus otros clientes dejaran de tener problemas con la justicia española.