El activista independentista Marcel Vivet ha negado este lunes haber golpeado con un palo de bandera a un mosso de esquadra antidisturbios en una manifestación en septiembre del 2018 contra el sindicato policial Jusapol en la Via Laietana de Barcelona. En cambio, el agente lesionado y compañeros suyos han identificado claramente al acusado durante el juicio en la Audiencia de Barcelona. La Fiscalía le pide cinco años y medio de prisión y 2.160 euros por lesiones leves, atentado contra la autoridad y desórdenes públicos, mientras que la Generalitat le pide cuatro años y nueve meses. La defensa pide la absolución o, alternativamente, una condena con el atenuante de reparación del daño. El joven, colaborador de Dolors Sabater cuando era alcaldesa de Badalona, asistió a la contramanifestación que contó con el lanzamiento de polvos de colores a los agentes.
El juicio se tenía que celebrar en diciembre, pero se pospuso porque dos mossos que tenían que testificar no lo pudieron hacer. La defensa pedía que se hiciera el juicio antes de las elecciones del 14 de febrero, pero no fue posible. La Generalitat había ofrecido al acusado la rebaja de la pena a menos de dos años de prisión si aceptaba los hechos, pero Vivet no lo aceptó.
Después del juicio, y ante decenas de personas que le han dado apoyo, Vivet se ha reafirmado en su decisión de no aceptar la culpabilidad y ha acusado a la Generalitat de connivencia con Jusapol y "el estado represor". De hecho, ha dicho que los Mossos forman parte del engranaje del Estado para "perseguir" a los independentistas y los movimientos sociales, y ha asegurado que el día de la manifestación la violencia sólo vino por parte de los Mossos d'Esquadra.
Los hechos
La mañana del 29 de septiembre del 2018, el sindicato de la Policía Nacional y la Guardia Civil Jusapol se quería manifestar en la plaza Sant Jaume, pero plataformas independentistas ocuparon el espacio antes. Los policías españoles se concentraron ante la Jefatura Superior de Policía de Via Laietana y más tarde fueron hacia la plaza Catalunya. Los independentistas fueron desde Sant Jaume a Via Laietana, intentando acercarse a la manifestación policial, pero un fuerte cordón de los Mossos d'Esquadra lo impidió.
Marcel Vivet quedó con un compañero de la entidad La Forja – Jovent Revolucionari de Badalona y fueron en metro, con una conocida, hasta la manifestación, a la cual, aseguran, llegaron un poco tarde, cuando ya se había hecho el lanzamiento de polvos de colores hacia el cordón policial, además de otros objetos contundentes. Llevaban una bandera cada uno con un palo de madera fino y de dos metros de largo. Se colocaron en la primera fila de los manifestantes, manteniendo la distancia de seguridad con los antidisturbios, y han asegurado que en ningún momento intentaron superar la línea policial.
Los jóvenes aseguran que en ningún momento acometieron hacia la línea policial, y, en cambio, los agentes sí que se acercaron a los manifestantes y cargaron contra ellos. En un momento determinado, Vivet habría golpeado con el palo dos o tres veces a un mosso que tenía delante, lesionándolo en una muñeca. El acusado y su compañero niegan haber dado golpes y aseguran que sólo se protegieron el cuerpo de los porrazos de los agentes. En cambio, el agente lesionado y su cabo sí que vieron al acusado dar golpes con el palo. Los dos jóvenes han asegurado que como mucho estuvieron 15 minutos en primera fila y al recibir los porrazos se fueron a su casa.
Aparte de los dos agentes que dicen haber visto a Vivet golpear con el palo de bandera, otros mossos también lo vieron durante la manifestación, aunque no durante la agresión. Además, el agente herido lo buscó por redes sociales y lo encontró al cabo de unas semanas. Cuando lo comunicó a sus superiores, contrastaron la imagen en internet con las que habían grabado y fotografiado los mismos Mossos. Cuando encontraron la coincidencia, buscaron en su base de datos, donde ya lo habían fichado en una movilización anterior.
La defensa de Vivet ha intentado durante todo el juicio desacreditar la versión policial, asegurando que en ninguna de las imágenes se ve a su cliente golpeando al mosso con el palo de la bandera. De hecho, también ha querido impugnar estas imágenes porque no constan formalmente dónde están las originales, cosa que el tribunal de momento no ha aceptado. También ha puesto en duda los días que se tardaron en escribir las minutas policiales de aquel incidente y el atestado final, cosa que algunos de los siete mossos que han declarado han justificado por el alto volumen de trabajo de aquellas fechas.