Vox ha reconocido que financió su campaña electoral de las elecciones municipales y generales de julio de 2023 con dos préstamos por un importe total de 9,2 millones de euros del banco húngaro Magyar Bankholding (MBH), próximo al primer ministro Viktor Orbán. La portavoz de los ultras en el Congreso, Pepa Millán, ha justificado la decisión del partido ante la imposibilidad de conseguir financiación en entidades españolas y por el retraso "deliberado o no" de la Administración General del Estado a la hora de darles las subvenciones electorales "que le corresponden a cualquier partido político". Sin embargo, Millán ha afirmado que desconoce si es próximo a Orbán "yo sé que es un banco húngaro". El propietario de MBH es Lörinc Mészáros, el hombre más rico de Hungría y amigo de infancia del primer ministro, Viktor Orbán, que ahora es socio de Vox en el Parlamento Europeo.

Ocultación de Vox

Desde Vox no entienden la falta de apoyo de la banca española, ya que según defienden financiar a Vox, "sería un buen negocio" porque recogería las cantidades abonadas con intereses de los cuales actualmente se beneficia una entidad extranjera. Según apunta El País, desde Vox han reconocido que el MBH les concedió 2 créditos: uno de 6,7 millones y otro de 2,6 (en total, 9.229.444,35 euros) para financiar las campañas a las elecciones municipales y generales de 2023 y aseguran que es legal, está auditado y ya está devuelto.

Vox ocultó la identidad y la nacionalidad del banco que le había hecho el préstamo de las cuentas aprobadas por los afiliados el junio pasado, como los que colgaron en su portal web, incumpliendo así el artículo 14.8 de la Ley de Financiación de Partidos Políticos que señala explícitamente: "Los partidos políticos tendrán que publicar en su web, en el plazo máximo de un mes desde la fecha de envío en el Tribunal de Cuentas, el balance, la cuenta de resultados y en particular: la cuantía de los créditos pendientes de amortización, con especificación de la entidad concedente, el importe otorgado, el tipo de interés y el plazo de amortización". Se trata de una medida para evitar que los bancos, a través de la condonación de la deuda o la concesión de créditos por debajo del interés de mercado, subvencionen a los partidos políticos.

El banco húngaro afín a Orbán

El medio de investigación Vsquare ha señalado Magyar Bankholding (MBH Bank) como responsable de financiar a Vox. La define como un "gigante financiero formado a partir de la fusión de tres entidades" y que en parte "es propiedad de Lőrinc Mészáros, el empresario más rico de Hungría y amigo de la infancia de Orbán". Esta entidad financiera tiene como mayor accionista en Corvinus International Investment, una firma de inversión controlada al 100% por el estado húngaro. En concreto, Corvinus concentra un poco más del 30% del capital. Se trata de un banco que cuenta con cerca de 2,4 millones de clientes más 500 oficinas y el equivalente, además de 19.000 millones de euros en depósitos, según consta en su página web. Además, es una de las compañías que estuvieron detrás de la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por Magyar Vagon sobre el fabricante de trenes Talgo, que el Gobierno acabó vetando por cuestiones de "seguridad nacional".

Según detalla El Confidencial, "Mészáros es un antiguo instalador de gas de la ciudad natal de Orbán que de repente se convirtió en el hombre de negocios más rico del país a finales del 2010". Muchos lo consideran como una especie de "testaferro" que representa los Orbán, todo y que, lo niegan. La entidad, al hablar de la integración de Budapest Bank Group y MBH Bank reconoce está en manos estatales "el Estado húngaro es propietario del 30,35% de las acciones a través de Corvinus International Investment". Posteriormente, materializó su integración con Takarékbank, con dos entidades ligadas —Magyar Takarék Befektetési es Vagyongazdálkodási y Magyar Takarék Hòlding— que constan como segundo y tercero accionista del banco, con el 25% y el 12,5% del capital, respectivamente. En este accionariado aparecen también Metis Magántőkealap y Global Alfa Magántőkealap con un control del 11,5% y el 3,29%. Estas dos están vinculadas con Lőrinc Mészáros.