Las temperaturas disparadas, la sequía y el avance palpable del nivel del mar no son evidencias suficientes para los fervientes negacionistas del cambio climático, algunos de los cuales se encuentran dentro de las filas del partido de extrema derecha Vox. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha afirmado que "el CO₂ no es un gas contaminante". Es más, después de ser criticado por estas palabras, García-Gallardo se ha reafirmado y ha sentenciado: "De hecho, es el mejor de los gases para el desarrollo de la naturaleza".
Estas afirmaciones han tenido lugar en la intervención de García-Gallardo con jóvenes de secundaria de Salamanca. En su discurso ante los jóvenes, los anima a ser críticos y cuestionarse las cosas y pone toda una serie de ejemplos de lo que considera que se tiene que cuestionar. "Algunas de las cosas que a mi edad, en mi época, no nos preguntamos es si la segunda República en España era un régimen plenamente democrático o no; no nos preguntemos, en su momento, cuál era la religión más perseguida en el mundo; no nos preguntamos, y yo os invito a hacerlo, si la leyenda negra que hay sobre la conquista española de América es cierta o no; no nos preguntamos, y es un tema ahora muy de moda, si el CO₂ es o no un gas contaminante, me acuden estás a título de ejemplo", ha sentenciado. Se trata de un discurso que él mismo ha compartido en sus redes.
Jóvenes de España: atreveos a disentir.
— Juan García-Gallardo (@juan_ggallardo) April 10, 2023
Perseguid la verdad. Sed libres. pic.twitter.com/nj80oBU8TW
Segovia no tiene un problema de emisiones de CO2, Sr. Sánchez, sino de falta de actividad industrial y ganadera, demonizada por el fanatismo climático.
— Juan García-Gallardo (@juan_ggallardo) April 10, 2023
Y no, el CO2 no es un gas contaminante. De hecho, es el mejor de los gases para el desarrollo de la naturaleza.
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García-Gallardo, uno de los perfiles más polémicos de Vox
No es la primera vez que García-Gallardo protagoniza una polémica. Él es de los impulsores de la controvertida medida antiabortista en Castellano y León que quería forzar a las mujeres a oír el latido del feto antes de abortar. Ya antes de llegar al gobierno de Castilla y León defendía que el aborto se trata del "genocidio del siglo XXI". Fue la gran revelación a las elecciones autonómicas por su juventud y su discurso de extrema derecha.
Cara nueva, discurso antiguo, tan antiguo que recurrentemente había defendido el franquismo en las redes. Siguiendo la línea de su partido, es abiertamente antifeminista. Se define como católico, pero ha mostrado su rechazo al actual Papa.