La feria de Sant Jordi en Girona no se ha podido hacer, por las lluvias, en el tradicional emplazamiento de la Rambla y la plaza Catalunya, tampoco en la explanada de la Copa, sitio donde se acogió la edición del año pasado. Según el plan C que había elaborado el consistorio gerundense, se ha hecho en el Palau de Ferias, donde los puestos se han podido cobijar. En el primer piso de las instalaciones se han concentrado las asociaciones y los partidos políticos. Entre ellos, el partido de extrema derecha españolista, Vox. Los militantes del partido de ultraderecha han roto el normal funcionamiento y el ambiente festivo del recinto cuando han intentado desplegar una pancarta con el lema "Fronteras seguras, barrios seguros".
Esta pancarta ha provocado una ruidosa protesta en todo el Palau de Ferias. La crispación se ha escalado con fuertes silbidos, los asistentes increpando, que ha desembocado en que los militantes ultras desplieguen banderas españolas. Ante la actitud provocativa de Vox las vecinas han protestado contra su presencia y rápidamente han tenido que aparecer los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, que han aislado la parada para evitar enfrentamientos y garantizar la seguridad de todos los asistentes en la festividad.
Vox también crea tensión en Barcelona
La festividad de Sant Jordi en Barcelona ha quedado marcada, en parte, por la tensión que se ha vivido en la parada de Vox, situada en la esquina de Rambla de Catalunya con Rosellón. Decenas y decenas de personas se han acumulado en torno a la carpa del partido de extrema derecha para increparlos y pedirles que se marchen. ¡"Fuera, fuera"!, se siente en las imágenes. De hecho, una chica se ha acercado al líder de la formación de ultraderecha en Catalunya, Ignacio Garriga, para decirle directamente en la cara que los integrantes de Vox son un grupo de "racistas y homófobos".
Mientras los antifascistas silbaban y gritaban contra la presencia de los ultras en la 'supermanzana literaria', los simpatizados del partido de extrema derecha se han dedicado a provocar con aplausos. Por su parte, Garriga ha intentado hablar ante los medios de comunicación. Todo el grupo de personas presente en este tipo de concentración se ha dedicado a hacer ruido mientras el líder de ultraderecha hacía sus declaraciones. Los compañeros de Garriga lo han tenido que rodear para evitar que sus detractores se acercaran para boicotear todavía más el momento. Entre las personas que se han dedicado a increpar la parada destaca la presencia del activista represaliado Marcel Vivet.