Movimiento desesperado. Vox ha impugnado ante el Tribunal Supremo italiano su exclusión del proceso sobre la extradición del president Carles Puigdemont que se celebró en el tribunal sardo de Sassari. La subsecretaria nacional jurídica de la formación, Marta Castro, ha viajado este jueves a Roma para defender la participación del partido de extrema derecha como acusación popular. Todo, acompañada por colaboradores de un equipo jurídico romano.
"Vox no entiende que no podamos ser parte y no seguir defendiendo la unidad de España tal como lo hemos hecho siendo acusación popular delante del Supremo. Por descontado, seguiremos luchando y no consentiremos que los separatistas sigan amparándose en la Unión Europea para conseguir su propósito de segregar el territorio nacional y vulnerar la soberanía nacional", ha indicado Castro en las puertas de la corte. En cualquier caso, se espera que el tribunal se pronuncie entre este jueves y viernes, según han informado fuentes del partido a Efe.
Ya lo recurrieron
Hay que recordar que el Tribunal de Sassari no permitió al partido ultra personarse en el proceso sobre la posible entrega a Espanya de Puigdemont, que fue detenido el 23 de septiembre a su llegada al aeropuerto del Alguer, aunque fue liberado al día siguiente. Así, el pasado 4 de octubre el tribunal sardo prefirió quedar a la espera de que la justicia europea se pronunciara sobre la inmunidad del líder independentista y sobre la cuestión prejudicial presentada por el magistrado Pablo Llarena.
La formación de extrema derecha ya recurrió en Sassari la decisión del tribunal sardo sobre la exclusión, con el argumento que el Tribunal Supremo español sí que aceptó su participación en el juicio al procés como acusación popular. De hecho, defendieron que "siempre" habían participado en todos los momentos del procedimiento contra Puigdemont.
El pinchazo de Vox
Este movimiento de Vox llega después de que su manifestación contra la inmersión lingüística pinchara estrepitosamente. El pasado martes 14 de diciembre, la formación de ultraderecha convocó ante el Parlament, donde solo pudo recoger poco más de un centenar de personas. Los pocos asistentes se dedicaron a regañar al president de la Generalitat, Pere Aragonès; la presidenta del Parlament, Laura Borràs; y a diferentes diputados de la CUP a la salida del edificio.
Por su parte, Puigdemont sigue esperando que el TJUE diga alguna cosa. Mientras tanto, ha visto cómo el Tribunal Constitucional español ha rechazado las recusaciones de dos nuevos magistrados, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel. De hecho, el tribunal de garantías ha criticado a los independentistas para hacer "un uso abusivo" de las recusaciones, con las cuales quieren denunciar los vínculos de Arnaldo y Espejel con el Partido Popular.