Dos semanas más tarde que Vueling expulsara a dos pasajeras por hablar en catalán, ahora la compañía admite haberlo hecho, pero ha denegado devolver el dinero del billete a las dos clientas.
Después de que el comandante las hiciera fuera del avión y las dejara en el aeropuerto del Prat, ellas hicieron una queja que la aerolínea no ha respondido hasta ahora y les ha transmitido que "la denegación de embarque por parte de la máxima autoridad en vuelo, el comandante, es contemplada en los protocolos internacionales aplicables de la aviación comercial y no comporta ningún derecho a compensación económica".
Según Vueling, sólo están obligados a hacer las notificaciones de seguridad en castellano e inglés y aseguran que los pasajeros tienen que atender a las explicaciones y ellas no lo hicieron cuando se hablaba de las salidas de emergencia.
Ahora, la compañía les ha dicho que "su petición no puede ser atendida en tanto que, de acuerdo con la normativa vigente en plazos de seguridad en vuelo, los pasajeros tienen que seguir las instrucciones de la tripulación en todo momento, especialmente aquellos que están sentados en la salida de emergencia, y que no sucedió en su caso".
¿Qué pasó?
Una de las dos expulsadas del vuelo es residente en Menorca, y cuando ya estaba dentro del avión una azafata le pidió que guardara una lámina de pintura en el compartimento superior. La pasajera le respondió amablemente que sí, pero que se estaba esperando que todo el mundo guardara sus cosas, ya que no quería arrugar la pintura. Acto seguido, la azafata le contestó que le tenía que contestar en castellano, y le preguntó si el problema era que no lo hablaba.
Entonces, una de las chicas que pasaba por el pasillo salió en defensa de la otra pasajera, recriminando a la azafata: "Le ha perdido el respeto a esta clienta. Tiene que entender el catalán, hacemos un vuelo de Barcelona a Menorca". Después del incidente, otra azafata les dijo a las dos que el capitán quería hablar con ellas.
Las dos fueron, y el capitán, acompañado por una pareja de la Guardia Civil, les dijo que habían faltado el respecto a la azafata y que tenían que abandonar el avión. Y aunque las dos alegaron que sólo habían hablado en catalán el capitán las hizo fuera diciendo que la "decisión era firme".