Nueve días después de que Catalunya viviera la quinta manifestación multitudinaria del Onze de Setembre, hoy The Washington Post se hace eco del procés y de los llamamientos constantes de gran parte de la ciudadanía catalana a "liberarse de la legislación de Madrid". Para describir la situación, se centran, en primer lugar, en la concentración de la Diada. "En el nordeste de España, el 11 de septiembre tiene un significado diferente que en el resto del mundo", empieza el artículo.
Bajo el título "Catalunya se ve como la nación-Estado del futuro", el rotativo norteamericano avisa de que el procés "tira adelante", aunque el Gobierno español se oponga constantemente, y ponen sobre la mesa que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ya dijo que si el Gobierno español no autorizaba el referéndum, Catalunya celebraría unas elecciones constituyentes.
En este sentido, avisa de que los políticos catalanes apuestan de momento por hacer un referéndum en 2017 y advierte que eso desembocará en más movilizaciones, protestas y plebiscitos simbólicos. Ahora bien, el rotativo quiere dejar claro que la mayoría de catalanes están por el derecho a decidir y no significa que también lo estén de la independencia.
Utilizando el ya famoso habitual recurso de los medios internacionales, las declaraciones del conseller de Afers Exteriors, Raül Romeva, aseguran que el hecho de que Catalunya decida ser un Estado o no serlo "es inevitable" porque hay "una demanda democrática" en este sentido. Y añaden que el Govern "ya tiene provisiones" para centenares de refugiados y planes para acoger a 4.500 más el próximo año.
El detonante para que el procés se embale ha sido, siempre según el medio de Washington, todos estos años de crisis económica y la "disfunción política" de España, que se ha incrementado con las dos últimas convocatorias electorales.