Xavier Martínez Gil (Barcelona, 1965) es el candidato de Recuperem ERC, la precandidatura que nace del Col·lectiu Primer d'Octubre, a la presidencia de Esquerra Republicana, que este 30 de noviembre, tras seis meses de crisis interna, celebrará su congreso nacional en el que debe elegirse la nueva dirección del partido. Martínez, que es militante de ERC desde hace una quincena de años y afiliado a UGT, puso en marcha en junio del 2019 con otros compañeros el Col·lectiu Primer d'Octubre, con mensajes críticos hacia la dirección encabezada por Oriol Junqueras y Marta Rovira, ahora enfrentados. Se mostraron contrarios, en la primera investidura de Sánchez, a aprobar los presupuestos con socialistas y a llegar a acuerdos con ellos, con el objetivo de recuperar la unidad independentista que permitió el referéndum del 2017. Durante los últimos cinco años, de hecho, han reclamado volver a la ponencia política del 2018, que también ahora es su objetivo. Martínez Gil, que tiene como candidato a la secretaría general al conseller nacional Àngel Ruiz, explica a ElNacional.cat en la recta final para la recogida de avales, que termina el viernes, sus propuestas para el partido que se basan en un retorno al independentismo y también a dar más peso a la militancia.

Xavier Martínez, en el plató de 'ElNacional.cat' / FOTO: Montse Giralt

Os habéis ido encontrando con la militancia estas últimas semanas. ¿Qué sensación se lleva de estas reuniones?
La experiencia de conocer de primera mano las opiniones, las reflexiones, las inquietudes de la militancia es muy gratificante. ¿Cómo la hemos encontrado? Depende del territorio. Hay interés en todo lo que hemos ido explicando, pero también hay una cierta desmovilización y en algunos lugares cuesta que la gente se active. Entre los que vienen y nos escuchan sí que hay bastante inquietud y necesidad de reflexión.

¿Qué es lo que genera esta inquietud?
El rumbo del partido, su dirección. Desde nuestra candidatura, que proviene del Col·lectiu Primer d’Octubre, tenemos claro cuál tendría que ser.

Esta semana acaba el periodo de recogida de avales. ¿Cómo lo lleva su candidatura?
Vamos haciendo, lo explicaremos al final y no haremos ningún adelanto. Nuestra forma de llegar a la militancia es ir y hablar con ellos. No hemos tenido otros canales, ni oportunidades, ni medios para explicarnos. Vamos picando piedra. 

Xavier Martínez Gil / FOTO: Montse Giralt

Hay dos candidaturas que quieren hacerse con los votantes del "no" a Salvador Illa: la suya y Foc Nou. ¿Por qué no ha habido ningún pacto antes del congreso?
Eso se lo tendrían que preguntar a ellos. Por mi parte, por supuesto que lo intenté. Nosotros llevamos cinco años con este recorrido. Siempre, desde el primer momento, en el 2019 con el pacto para investir a Pedro Sánchez, hemos abogado por no pactar con el 155, hicimos campaña para no entrar en Barcelona con el pacto con Collboni... Que a principios de septiembre salga una candidatura diciendo lo que ya estábamos diciendo nosotros... En su momento se lo comenté a Alfred Bosch, cuando tuve conocimiento de que planteaba hacerlo. Le dije que creía que no era oportuno ni conveniente dividir el voto y que sería mejor que fuéramos juntos. Ellos decidieron presentarse.

¿Cree que el 30 de noviembre ERC ya tendrá presidente o habrá una segunda vuelta porque ninguna candidatura superará el 50% de los votos?
Sí. Es probable que haya presidente al 30 de noviembre, pero no lo sé, estamos especulando.

¿Quién sería?
Parece ser que Junqueras, es lo que va diciendo la gente, pero no tengo ni idea. No tengo acceso a sondeos, pero si me creo la impresión que nos quieren trasladar unos y otros, ganará Junqueras.

Teníamos la sensación de que había que acatar todo lo que decía la dirección, aprobar las cosas por unanimidad y no discrepar

Hace años que el Col·lectiu Primer d’Octubre es crítico, como ha explicado, con la dirección de ERC. ¿Se han sentido menospreciados?
Sí, la verdad es que sí que nos hemos sentido un poco menospreciados, no solo por la dirección sino también por compañeros de partido. Hemos echado de menos un poco más de cultura de aceptación de la diversidad, de la pluralidad y de la tolerancia con el discrepante. Nosotros discrepamos de las decisiones estratégicas de la dirección. ERC somos los militantes de ERC, y por eso nosotros intentamos evitar que la gente se vaya. La sensación ha sido que había que acatar todo lo que decía la dirección, había que aprobar las cosas por unanimidad, que no se podía discrepar y que cuando alguien lo hacía estaba mal visto. Ahora estamos en un momento que yo creo que es bueno, porque hay diversidad de opiniones, diversidades de proyectos y se expresan con asertividad, ahí es donde deberíamos haber estado siempre. Pero durante un tiempo hemos llegado a sentirnos menospreciados por opinar diferente o, incluso, por ser pocos, aunque la minoría también es respetable.

¿Tiene miedo de que se haya llegado demasiado tarde a este momento que dice que es bueno? ¿O todavía se puede revertir?
Todavía se puede revertir y luchamos por ello. Llegamos tardísimo, llevamos tiempo alertando de que la dirección estratégica era errónea y que nos llevaría a un fracaso electoral. Al principio, los compañeros nos decían que los resultados acompañaban al partido y era cierto, pero nosotros decíamos que si no poníamos la independencia y la liberación nacional en el centro, tarde o temprano lo acabaríamos pagando. Estábamos ocupando un espacio electoral que no era el nuestro y estábamos cogiendo unos votantes y unas simpatías que no eran las nuestras. Por lo tanto, eran volátiles. Al mismo tiempo, veíamos cómo muchos militantes, con 30 años de militancia, históricos independentistas de piedra picada, abandonaban el partido. Era señal de que no iba bien, que no era una buena estrategia. Al final, los hechos, por desgracia, nos han dado la razón más allá de lo que pensábamos y hace falta un cambio. Lo bueno es que hay muchos votantes que se han quedado en casa. La pérdida de votos de ERC se tendrá que estudiar, porque normalmente cuando el votante pierde la confianza en un partido o proyecto político, elige y vota a otro. En nuestro caso, muchos se han quedado en casa y eso nos da un poco de esperanza, ya que todavía podemos recuperar su confianza, aunque costará. Si hacemos este cambio de orientación estratégica del partido, tal como reclamamos desde hace mucho tiempo, y también hay un cambio en las personas que lo lideran. El congreso no solo va de quién pensamos que puede tener la confianza de la militancia, sino de qué proyecto político está presentando la dirección que sea, el equipo directivo que nos estamos presentando ahora, cuál de estos equipos directivos será capaz de presentar un proyecto político que permita ganar la confianza del electorado.

Todos podemos estar de acuerdo en que hay que ampliar la base, pero tenemos que hacerlo a partir de nuestro discurso

¿Para usted, entonces, el gran error de la última dirección de ERC es haber aparcado la independencia?
Sí, simplificándolo todo, sí. En los actos de ERC ha desaparecido la estelada. Todos podemos estar de acuerdo en que hay que ampliar la base, pero tenemos que hacerlo a partir de nuestro discurso. Este solo lo podemos hacer nosotros y consiste en explicar a la ciudadanía por qué viviríamos mejor en un estado independiente. La mayoría de la población es socialdemócrata, y nosotros ofrecemos políticas sociales, respeto por los derechos... La derecha independentista, no. Tenemos que ampliar la base explicando a la gente cómo les beneficiaría tener un estado independiente, empezando por los 21.000 millones de euros que se van y no vuelven con el déficit fiscal, tenemos mil motivos para hacer pedagogía. Y este es el gran error de la última dirección, pensar que escondiendo la estelada, dicho de forma sintética y simplista, podríamos crecer. Pero ha sido un crecimiento falso.

¿Porque los votantes han regresado a su partido de origen?
Sí. Porque ha habido otro error con los pactos que hemos hecho. Hemos priorizado los pactos con los socialistas y las políticas de izquierdas y solo podíamos pactar con las izquierdas, daba  igual que fueran españolas. ¿Pero qué ha pasado? Que hemos utilizado el miedo de "que viene la derecha, que viene la derecha" y los nuevos votantes de izquierdas, pero no encendidamente independentistas han dicho "ostras, esta gente de ERC, que son buena gente, tienen razón, hagámosles caso", y han considerado que la manera más útil es votar al PSOE en España. Y en Catalunya estamos haciendo lo mismo, blanqueando el PSOE y el 155, haciéndolos buenos. Es un gran error y por este motivo no se tendría que haber investido Salvador Illa.

Junqueras y Rovira son lo mismo, la misma dirección que se ha dividido y que está jugando a ver quién se queda con todo el pastel

En una entrevista en ElNacional.cat, el candidato de Nova Esquerra Nacional, Xavier Godàs dijo que la gran diferencia entre Junqueras y Rovira radica en el hecho de que en el peor momento, ella se quedó liderando hasta el final y Junqueras se marchó a hacer campaña. ¿Para Ustedes, cuál es la diferencia entre ellos dos?
Para nosotros son lo mismo. Son la misma dirección saliente que ahora se ha dividido y se está jugando a ver quién se queda con todo el pastel. Lo vemos de esta manera.

¿Y entre Junqueras y Godàs?
No tenemos que hablar de personas sino de proyecto político. La dirección se tiene que renovar pero el discurso, el debate, no tiene que ir de nombres sino de proyecto.

¿Y qué diferencia hay entre su proyecto político y los del resto de precandidaturas?
Nosotros defendemos que tenemos que dejar de dar apoyo a Pedro Sánchez y Salvador Illa. Un 55% de la militancia votó "sí" al pacto y ahora todas las candidaturas se desmarcan. Los únicos que hicimos campaña activa por el no a Illa fuimos nosotros y lo seguimos diciendo ahora, como con Sánchez antes. Nosotros somos los que decimos que romperemos al día siguiente el pacto con Illa, el resto dicen que no les gusta, pero no dicen nada de dejar de darle apoyo desde el día siguiente del congreso.

¿Y cómo se le deja de dar apoyo?
Dejando de darle apoyo. Firmamos un acuerdo de investidura, no de legislatura. Investimos Illa y no estamos comprometidos en nada más. Si la militancia ahora nos da a nosotros la confianza estaremos doblemente reforzados para dejar de dar apoyo a Illa.

Aparte de la oposición a Illa, ¿qué más les diferencia?
Nosotros queremos poner la independencia en el centro. Con otras candidaturas vemos que coincidimos con la voluntad de recuperar el peso de la militancia. Hemos perdido incluso el nombre. Ya no somos militantes, somos afiliados, con eso ya nos lo dicen todo. Un militante es una persona proactiva y nosotros queremos recuperar este término. También vale hace falta reformar órganos como el Consell Nacional, que sea el verdadero órgano de representación de la militancia.

¿Cómo lo harían?
Con menos participación de cargos y más militantes. Que en las cinco horas que dura un consejo nacional se oiga la voz de la militancia.

En el Consell Nacional de ERC ha habido demasiados aplausos y demasiada poca voz crítica

¿Ha faltado debate?
Sí. Ha habido demasiados aplausos y demasiada poca voz crítica. 

Dice que hay que recuperar el peso de la militancia. ¿Qué habría consultado a los militantes que no se haya hecho en los últimos años?
No solo es el que, también es el cómo. En el momento que nacimos como colectivo pedíamos el no a Sánchez. Se repitieron las elecciones en el Estado español y nosotros seguíamos pidiendo el no a Sánchez y pedíamos que se escuchara a los militantes. Se hizo una consulta, que valoramos positivamente, pero quien convoca la consulta tiene que tener un papel escéptico y neutral y eso no ha pasado nunca. Es como si voy a comprar un coche con alguien y me dice que escoja el color que quiera siempre que sea rojo. O si hacemos las votaciones a mi altura en un congreso nacional o en un Consell, todo el mundo ve el voto del resto. Se tiene que dar más voz pero con más libertad y con la dirección desde una posición más neutral.

Existe el riesgo de que después del congreso haya una ruptura dentro de ERC

Después de este medio año de crisis interna dentro del partido, ¿existe riesgo de ruptura?
Sí. Aunque, para mí, que haya discrepancias o puntos de vista diferentes no es una crisis, sino normalidad, debate y contraposición de puntos vista. Dicho esto, sí que hay un riesgo. Si ganamos nosotros no habrá riesgo porque no solo integraremos a todo el mundo, sino que intentaremos que mucha gente que se ha marchado vuelva. Y de hecho hay quien nos ha dicho que si mandamos, vuelven a militar. La cohesión, si ganamos, estará garantizada. Si no ganamos sí que vemos riesgo de rupturas porque hemos oído discursos, al menos al principio de la campaña, que lo parecían y hay candidaturas que parece que tengan nombre y logo de partido. Eso da un poco de miedo porque si nosotros no acompañamos la estrategia del partido y volvemos a ocupar claramente el espacio de la izquierda independentista, lo ocupará alguien más. Todos los abstencionistas, si Esquerra no cambia y nos dan por amortizados, buscarán otro partido por votar.

La estructura B de ERC sigue existiendo, la militancia votará sin saber la verdad

Si alguna cosa ha marcado estos meses de precampaña ha sido el asunto de los carteles contra los hermanos Maragall. ¿Qué proponen para aclararlo y se creen a Junqueras cuando dice que no estaba al corriente?
Es indiferente si me lo creo o no, porque si él no sabía nada quiere decir que no tenía control sobre su propia gente. Y si lo sabía, pues nos ha estado mintiendo. Ninguno de los dos escenarios es bueno. ¿Y qué garantías tenemos de que si Junqueras vuelve a gobernar ahora tendrá conocimiento de lo que están haciendo los suyos? Es una situación negativa. Creemos que se tendría que haber aclarado todo antes de que votara la militancia. Estamos seguros de que la estructura B sigue existiendo, la militancia votaremos sin saber la verdad y cuando la sepamos, se dará cuenta de que quizás habría votado otra cosa.

Uno de los grandes temas que hay sobre la mesa después del congreso es la posible entrada de ERC en el gobierno del PSC en el Ajuntament de Barcelona. ¿Sería un error?
Sí. Hay una candidatura que ya tiene el pacto hecho para entrar, pero sería un error no solo por el hecho de blanquear al PSC, sino porque empequeñecería ERC en la ciudad de Barcelona. Además, una persona que se postula para ser secretaria general del partido, que además es concejala en el ayuntamiento, ¿espera ser teniente de alcaldía bajo las órdenes de Collboni? Eso no tiene ningún tipo de sentido. Nosotros, además, estamos en contra de las acumulaciones de cargos y que se mezcle la representación institucional con los cargos del partido.

Xavier Martínez, durante la entrevista en el plató de 'El Nacional' / FOTO: Montse Giralt

¿Cree que si ganan otras candidaturas a este congreso existe un riesgo de que Esquerra acabe entrando también en el gobierno de la Generalitat del PSC?
Yo he sido absolutamente en contra de este pacto porque creía que teníamos que ir a la repetición de elecciones con un cambio de discurso político, pero por una vez, Esquerra tuvo miedo de las urnas y no quiso ir a la repetición de elecciones. Pero si tú llegas a un acuerdo de este tipo para investir el president de la Generalitat a cambio de toda una serie de acciones políticas, la lógica dice que mejor que estés en el gobierno para poder controlarlo o para garantizar que se hará todo aquello que has pactado. Pactas lo que parece un plan de gobierno, pero ni hemos hecho un pacto de legislatura ni entramos en el Govern para controlarlo. Es una negociación bastante absurda e ilógica. Ahora, no descarto nada en el futuro que haga el partido, pero si van por aquí yo creo que iremos mal y nosotros no habremos ganado y estaremos como colectivo a la oposición, denunciando que la dirección no es buena.

Defienden no pactar con el PSC. ¿Qué relación debe tener ERC con Junts y la CUP?
Tenemos que recuperar la unidad estratégica del independentismo. A los partidos de derechas y de izquierdas españoles les unen muchas cosas, comparten unos valores y redactaron una Constitución que defienden como un solo hombre. Yo no digo que se tenga que redactar una constitución porque eso corresponde a un Parlament, pero tenemos que ser capaces de ponernos de acuerdo todo el independentismo con unos valores determinados, aunque sean cosas básicas como tenemos que ser una República.

Junts eligió hace unas semanas al presidente Carles Puigdemont de nuevo al frente del partido. Ahora Oriol Junqueras podría volver a ser presidente de Esquerra. ¿Cree que con este escenario se puede rehacer la unidad independentista?
Yo creo que no, pero no me quiero meter en casa otros partidos porque estamos hablando de ERC. Si hablara como un ciudadano si que lo vería decepcionante. Ahora bien, creo que tenemos que avanzar. El error de ERC a partir del 1 de octubre fue cambiar la lucha por la liberación nacional a la lucha anti-represiva. Este fue el primer paso para la derrota, para rendirnos.