Xavier Martínez es una de las personas que están trabajando en la construcción de la Hacienda catalana, una de las estructuras de Estado proyectadas por el Govern. Tiene una larga trayectoria en la gestión de los tributos en Catalunya y también ha trabajado en la elaboración de presupuestos en el Departament de Economia. Actualmente, es el responsable de coordinación interdepartamental de la Agència Tributària.
Defina en una palabra el estado actual de la Agència Tributària.
Es una revolución. Una revolución que nos lleva a un cambio radical, en el buen sentido de la palabra.
Recientemente, el vicepresident Junqueras afirmó que en septiembre habría 750 trabajadores y 32 oficinas. ¿Se están cumpliendo estas expectativas?
Se están seguiendo los objetivos. De hecho, ya hay 19 oficinas abiertas con los servicios propios, junto a 13 más que son compartidas. Además, la incorporación de personal está yendo muy rápido.
¿Qué funciones tiene que asumir la Agència Tributària?
Ahora mismo estamos asumiendo un trabajo que ya se tendría que haber hecho hace tiempo. No habíamos asumido dos competencias que nos permitía el Estatut: la recaudación ejecutiva y la de inspección de la propiedad. Con la apertura de las nuevas oficinas, asumimos esta responsabilidad y se ponen las bases para poder gestionar soberanamente cualquier impuesto.
Con los cambios recientes, podremos asumir todos los impuestos
Pero todavía faltan competencias. ¿Cómo se prevé hacer el paso entre el estadio actual y la independencia en términos fiscales?
Es una tarea que corresponde al Parlament. Lo que estamos haciendo ahora mismo es permitir que la Agència Tributària catalana tenga capacidad para gestionar cualquier impuesto. Con los cambios recientes, podremos asumir todos los impuestos.
¿Cómo es posible que estas competencias no se hubieran asumido antes?
En el caso de los registradores, es una cosa que me desespera. Se renovó el convenio con los registradores de la propiedad. Se les blindó por tres años más. Supongo que los gestores de aquel momento recibían presiones y pensaron "dejémoslo estar, no nos metamos en líos".
Algunos catalanes están preocupados por la posible falta de garantías a la hora de tributar una vez la Hacienda Catalana esté en marcha.
La nueva ley del código tributario otorga estabilidad y da un mensaje de seguridad jurídica. No habrá ningún tipo de duda: todo el mundo sabrá dónde tiene que tributar.
No habrá ningún tipo de duda: todo el mundo sabrá dónde tiene que tributar
En un escenario en que España mantenga su Agencia Tributaria y la Generalitat instaure la suya con la gestión de todos los impuestos, ¿cómo se convence a ciudadanos y empresas de que tienen que tributar en Catalunya?
Yo me lo planteo al revés: ¿cómo lo hará el Estado español para que los ciudadanos de la República paguen los impuestos en España? Seriamente, no creo que lleguemos a este escenario. Si gana la independencia entraremos en un periodo de negociaciones, una transición entre gente civilizada. Es como el brexit y la Unión Europea: ahora que el Reino Unido se encuentra en este escenario de paso, se pueden seguir haciendo importaciones y exportaciones.
En caso de que se plantee un escenario de choque, se protegerá a los ciudadanos para que nadie venga a reclamar nada a quien haya pagado a la Administración catalana. Si hace falta decirlo por ley y defenderlo jurídicamente, se hará. De no ser así, ¿qué broma de Estado estaríamos haciendo?
Hablemos ahora de los tributos en una Catalunya independiente. Ahora mismo recaudamos menos que el resto de Europa y en cambio los impuestos son altos...
Es cierto que se pagan muchos impuestos. Estamos pagando unos tipos muy elevados para tener unos servicios muy escasos. Los impuestos que pagamos serán para los servicios públicos que decidimos tener en Catalunya. Ahora estamos financiando proyectos como el Castor, las líneas de AVE, bancos que han quebrado, la corrupción... y además estamos financiando a otras comunidades autónomas, con el espolio fiscal que eso supone. Esto no ocurrirá con la independencia.
Debemos tener un sistema justo, inspirado en los principios de igualdad y con carácter progresivo
¿El sistema tributario tiene que ser más progresivo?
Debemos tener un sistema justo, inspirado en los principios de igualdad y con carácter progresivo. Y lo tenemos que implementar de verdad, no como en el caso español.
¿Algún país como referente a seguir para la Hacienda catalana?
Siempre hablamos de los países nórdicos como referente: ellos han apostado por unos servicios públicos potentes con impuestos importantes. Yo soy más partidario de no inspirarme en nadie y de tomar lo mejor de cada país. En todo caso, a la hora de configurar nuestra fiscalidad, seguiremos alineados con la Unión Europea. Tanto si estamos dentro como fuera.
Pero en Europa no hay armonía fiscal ahora mismo. Hay países como Irlanda o los Países Bajos donde hay impuestos muy bajos para las empresas.
Se puede generar riqueza de otra manera. No soy partidario de competir dentro del dumping fiscal con el fin de favorecer la localización de empresas. Fijar tipos bajos puede ser peligroso porque hoy los tienes pero mañana las empresas encuentran un país con unas mejores condiciones y se van. Lo que hace falta es un organismo tributario de alcance europeo que esté por encima de la administraciones. Eso es difícil porque a los estados les cuesta ceder soberanía.
¿Seguirá habiendo SICAV y otras sociedades que permitan a las grandes fortunas pagar menos impuestos?
No tendría que haber este tipo de empresas, que son un personaje y 99 mariachis. Ahora todo el mundo ya sabe que es una SICAV, es un tema que canta mucho. Empieza a haber presión popular para que haya cambios legislativos. En todo caso, se tendrá que hacer todo lo posible para impedir este tipo de ventajas fiscales, que ahora son perfectamente legales.