"Que follen a la Sagrada Familia, bomba y que explote"!. Así de contundentemente se expresaba en una reunión el 19 de julio del 2018 en el Passeig Lluís Companys de la capital catalana uno de los miembros de la célula yihadista que tenía la determinación de atentar contra varios objetivos en Barcelona poco después de los atentados en La Rambla de agosto del 2017. La Audiencia Nacional ha condenado finalmente este viernes a varios miembros de esta célula, parte del Estado Islámico, a penas de prisión de entre 8 y 10 años.

Cuatro de los integrantes de la célula han sido condenados a prisión, después de que se haya considerado probada su determinación para atentar contra varios objetivos en Barcelona: lugares turísticos como la Sagrada Familia, pero también, objetivos rusos como pueden ser varios yates de propietarios rusos del Port de Barcelona. De hecho, uno de los miembros de la célula trabajaba en el puerto de la capital catalana. Se considera probado que los terroristas estaban en "disposición de actuar en Barcelona" y ya habían sido adiestrados "en la elaboración de explosivos y en el manejo de otros tipos de armas".

Según la sentencia, los integrantes de la célula dirigían sus esfuerzos a captar "lobos solitarios" a fin de que ejecutaran los atentados. De acuerdo con la sentencia, uno de los integrantes de la célula, el argelino de 43 años Omar Neggazi (alias Brahim) había dejado entrever al resto que él estaba dispuesto a atentar contra el templo de la Sagrada Familia porque, además, estaba convencido de que antes de los 45 años estaría muerto. Las convicciones firmes de Neggazi contribuían a hacer pensar que estaba dispuesto a inmolarse porque defendía que el cadáver de un mártir no se pudre: "[los mártires] están vivos y sustentados al lado de su señor".

Neggazi formaba parte de la célula que lideraba en la capital catalana otro argelino, Rabah Hadjeras (alias Rabeh). Según la sentencia, ha quedado probado que Hadjeras convocaba las reuniones que se hacían en Barcelona y que se utilizaban para formar a los miembros de la célula en la ideología salafista radical, "suministraba material propagandístico de carácter yihadista apto para el consumo de los miembros de la célula y de terceros, imponía normas de conducta y medidas de seguridad, distribuía las tareas y fijaba objetivos". Estas reuniones podían tener lugar en el espigón de la Mar Bella, en el Passeig Lluís Companys o en el interior de un bar del Born ("bar de la china", según la sentencia).

Imágenes de Puigdemont y el rey Felipe VI en el material propagandístico del Daesh

En las reuniones de formación, los miembros de la célula tenían acceso a material propagandístico del Daesh, entre el cual había vídeos donde aparecían imágenes del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el rey español Felipe VI en el homenaje a las víctimas de los atentados del 2017 en Barcelona. Estas imágenes y todo el material se utilizaba para animar a cometer nuevos atentados.

La sentencia revela más detalles sobre las intenciones de atentado contra la Sagrada Familia y otros objetivos. El 26 de julio del 2017, Neggazi habló por teléfono con otro miembro de la célula y defendía atacar el templo: "Cuando se trata de una fuerza mayor y en caso de defensa, se tiene que hacer de todo (...) son ellos los que nos están atacando y no nosotros". Por indicación de Isis, el líder de la célula también había expresado la voluntad de atacar objetivos rusos en Barcelona, manifestando además especial odio contra ellos: "A estos los odio [refiriéndose a turistas rusos sentados en una terraza], si tuviera un Kaláshnikov los dispararía y mataría a más de 60".