Ninguna explicación. Solo parafernalia argumentativa que gira en torno al tema, pero que no acaba en ninguna conclusión. Es la estrategia que está siguiendo Yolanda Díaz y su equipo ante las constantes preguntas de la prensa sobre el veto de Irene Montero en las listas electorales de Sumar. La vicepresidenta segunda del Gobierno ha decidido purgar la cara más visible de Podemos, excluirla de las listas del 23-J y enviarla al ostracismo. Los motivos que pueden llevar a la líder de Sumar a tomar esta decisión pueden ser muchos, pero la vicepresidenta española tiene muy claro que no quiere dar ninguna explicación, al menos hasta dentro de un tiempo.
La estrategia se hizo más que evidente este lunes. Yolanda Díaz comparecía ante los medios de comunicación en Luxemburgo, y los periodistas le preguntaban sobre su veto a Irene Montero. "España pide que se hable de sus problemas reales; España pedía un gran acuerdo y lo hemos hecho por nuestro país", contestaba la vicepresidenta española para echar pelotas fuera. Ante su negativa a contestar, la prensa insistió y se le volvió a preguntar por la cara más visible de Podemos. "Ya he respondido a esta pregunta", dijo, cosa que era mentira.
Lo mismo ha pasado este jueves. El portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, ha sido entrevistado en Televisión Española y, en un momento de la conexión, se le ha preguntado por la ministra de Igualdad. Las preguntas han sido precisas y claras. "Todavía hay tiempo para que Irene Montero entre en las listas; ¿irá o no irá en la lista de Sumar?". Urtasun se ha limitado a contestar que para el partido que actualmente representa, ha sido muy "complejo" llegar a un acuerdo con 15 formaciones, y ha añadido, sencillamente, que los "debates" sobre si habría que incluir a más gente o no a las listas son "legítimos".
Incluso ha metido dentro del mismo saco a Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida que, por decisión propia, decidió dar un paso al lado y no presentarse en las elecciones del 23-J. Ante las evasivas de Urtasun, se le ha insistido: "¿Eso es un no? ¿Irá o no irá?". "Tenemos un acuerdo y tenemos los mejores candidatos y candidatas con la mejor marca y una gran ambición", ha contestado el portavoz de Sumar, además de añadir que ahora "estamos en una nueva fase". Los periodistas se han quejado elegantemente del escapismo de Urtasun, pero han acabado desistiendo y han cambiado de tema.
Cuando se apagan las cámaras y los micrófonos, la situación no varía. En Madrid, las conversaciones informales entre periodistas y el entorno de Yolanda Díaz acaban en el mismo puerto: ingeniería argumentativa para no acabar reconociendo ningún motivo que haya llevado a Yolanda Díaz a cortar la cabeza de la cara más visible de Podemos. Este, precisamente, puede ser uno de los grandes motivos. El deseo de la vicepresidenta española es —y ya lo ha casi conseguido— engullir a Podemos, hacerlo desaparecer y convertirse en la líder del espacio que hay a la izquierda del PSOE capitaneando su propia marca.
Borrar de la vida pública al activo político más importante de Podemos, Irene Montero, representa un paso hacia esta dirección. Además, la vicepresidenta española calcula que la ministra de Igualdad resta más que suma, al menos electoralmente. El escándalo de la ley del 'solo sí es sí' ha pasado factura a Podemos, y lleva el sello de Montero.