La vicepresidenta del Gobierno en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha instado a la Unión Europea y la comunidad internacional a mover ficha para exigir Israel que pare sus planes bélicos sobre la Franja de Gaza, "que están provocando una masacre" contra el pueblo palestino. "La comunidad internacional no puede mirar hacia otro lado ante la situación en Gaza", ha afirmado Díaz, de los poquísimos altos cargos españoles y de los estados miembros europeos que han mostrado una postura crítica hacia la cruenta ofensiva que el Estado de Israel ha emprendido contra la población palestina a raíz del avivamiento del conflicto en la Franja desde el ataque del grupo paramilitar islamista Hamás contra territorio israelí este fin de semana.

A medida que continúa el conflicto, las cifras de muertos en Israel y Palestina siguen subiendo: por un lado, Israel ha reportado hasta ahora 1.300 personas y 3.200 han sido heridas. Por otro, los bombardeos como represalia contra la población en Gaza se han cobrado hasta ahora como mínimo 1.400 vidas y han dejado a más de 6.000 heridos en Gaza. Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han denunciado que Israel está utilizando fósforo blanco contra la población palestina, un arma química prohibida internacionalmente por los Convenios de Ginebra por la masacre con quemaduras a 815 °C que puede provocar. En este sentido, la ONG denuncia que el uso de esta arma en áreas "densamente pobladas de Gaza viola el requisito bajo el Derecho Internacional Humanitario de tomar todas las precauciones factibles para evitar las lesiones y pérdidas de vidas civiles".

Asedio a Gaza, peligro de genocidio a 2 millones de personas

Por otra parte, la situación de la población palestina en Gaza es ahora mismo desesperada, en tanto que se encuentran atrapados por un cerco de las fuerzas israelíes que no permiten el paso de agua, gas, combustible ni electricidad en Gaza y han cortado toda circulación de servicios básicos y bienes de primera necesidad. La condición para romper este asedio, afirma Israel, es que el grupo paramilitar islamista Hamás devuelva a los rehenes que secuestró en su incursión en territorio israelí. Por su parte, las autoridades palestinas han definido esta acción de Israel como "el delito más sucio de castigo colectivo contra civiles indefensos de la historia moderna", y ha advertido que la falta de corriente eléctrica "pone en peligro la vida de 2,3 millones de personas". Por eso, han pedido ayuda urgente a la comunidad internacional y las ONG para parar "este crimen contra la humanidad y asesinato masivo".

A más inri, en el contexto de esta situación extrema, el ejército israelí ha informado a las Naciones Unidas (ONU) de que dará la orden a la población del norte de Gaza de evacuar hacia el sur en 24 horas. Se trataría de movilizar más de un millón de personas en un día, una tarea improbable y prácticamente imposible de realizar, en la que se tiene que sumar la dificultad en moverse por la franja de Gaza después de días de asedio, sin bienes de primera necesidad. En este sentido, la ONU ha calificado de "imposible" la orden de Israel y se opone.

Nota discordante en un Gobierno y una UE al lado de Israel

La posición crítica de Yolanda Díaz sorprende, como nota discordante, entre los altos cargos del Gobierno y de los líderes de la Unión Europea, que desde un primer momento posicionaron mayoritariamente al lado de Israel, en el conflicto reavivado y han enarbolado el "derecho a defenderse" de Israel después de la incursión de Hamás y los ataques del grupo paramilitar sobre población civil israelí. También es verdad, sin embargo, que durante los últimos días, y con la escalada virulenta de la ofensiva de Israel sobre Gaza, con la constatación de que el Estado israelí ha cometido crímenes de guerra contra población civil palestina, la OTAN y la UE han advertido a Netanyahu que no todo se vale y que tiene que respetar el Derecho Internacional Humanitario, ya que "las guerras tienen reglas", han apuntado recientemente a Jens Stoltenberg y Ursula von der Leyen.