El creador de la conferencia de presidentes autonómicos, que durante muchos años fue un órgano protocolario de reunión entre Estado y autonomías, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido este lunes en el Congreso "fortalecer la cooperación" en una cita que amenaza de poner en entredicho la Operación Diálogo de la Moncloa. Esta ha sido convocada por el presidente Mariano Rajoy el 17 de enero, con una reunión preparatoria miércoles 21 de diciembre. Ante la negativa del lehendakari Iñigo Urkullu y el president Carles Puigdemont de ir, la crítica de Zapatero podría ir orientada al Partido Socialista de Euskadi, quien dio la gobernabilidad al PNV. "Estoy convencido de que los presidentes del PSOE irán con sentido de la lealtad, forma parte de la marca del partido", ha dicho.
El expresidente socialista ha sido invitado a la cámara baja, acompañado del presidente de la gestora, Javier Fernández, su portavoz, Mario Jiménez, el portavoz del grupo parlamentario, Antonio Hernando, entre otros miembros destacados de la formación. El objetivo era celebrar los 10 años de la ley de dependencia, que fue uno de los grandes hitos de su mandato por "el amplio consenso" que consiguió tanto desde las autonomías, como sindicatos, y desde el resto de partidos. "ERC también la votó", recordaba la ponente de la ley, Marisol Pérez, en su intervención.
Las claves que Zapatero reivindique ahora esta norma son dos. Por una parte, pone el acento en la necesidad de "diálogo" entre gobierno central y entes autonómicos. "El método de trabajo es importante. Era una norma con mucho apoyo, no pudo ser llevada al Tribunal Constitucional", ha asegurado, sin recordar el Estatut –tumbado– y el famoso "apoyaré". La afirmación del expresidente llega hoy precisamente después de que se haya conocido que Mariano Rajoy quiere retirar hasta 30 recursos de inconstitucionalidad de leyes catalanas, en el marco del diálogo con la Generalitat.
En segundo término, la ley de dependencia marcó un hito de acuerdo entre PSOE y Partido Popular, que Zapatero cree que tendría que ser la tónica para esta legislatura. Es la nueva línea que el PSOE de Fernández quiere adoptar, bajo la influencia ideológica de la presidenta Susana Díaz. De hecho, el expresidente socialista dijo hace unos días en un acto en Jaén unas palabras que fueron interpretadas en clave interna como un lanzamiento de la posible candidatura de Díaz. "La fuerza del PSOE y la fuerza de ganar la representan Susana Díaz y Andalucía. Todo mi apoyo", indicó. Esta vez, sin embargo, ha pedido "respetar" los tiempos de la gestora para convocar el congreso que elija al nuevo líder.
En ese sentido, no ha hecho una alusión directa al exsecretario general Pedro Sánchez, pero sí una referencia encubierta sobre poner por delante los intereses del país, a los del partido. Es "marca de la casa apostar porque a España le vaya mejor, en el Gobierno o en la oposición", aseguró ante la mirada de Hernando, antiguo fiel a Sánchez. Asimismo, felicitó la labor de los socialistas por haber conseguido un aumento del salario mínimo en un 8%, la mayor en 30 años. Es la medida que el PSOE logró a cambio de apoyar al PP con el techo de gasto de las comunidades.
Pero sobre los peligros de que populares y socialistas se entiendan y alimentar así la posible pujanza de Podemos, Zapatero también ha tenido palabras. "El patriotismo social es la mejor expresión de patriotismo constitucional", ha remachado, ante las críticas habituales de la formación morada que PP y PSOE se pusieron de acuerdo para reformar la Constitución y "arrodillar a España ante el pago de los intereses de las deudas a los bancos, por delante de la dependencia", como decía al secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, el día de la Constitución.