El diputado de Junts Jaume Alonso Cuevillas ha enviado un zasca irónico a la diputada de Cs Anna Grau en el pleno del Parlament, después de que esta ha hecho mofa de su dimisión como secretario de la mesa.

"Señor Cuevillas, ya se ha visto que a quien no se porta bien no lo cuentan", ha soltado Grau, en el que era su estreno parlamentario, donde también se ha encarado al vicepresident, Pere Aragonès, diciéndole que "no salir ni en primera ni en segunda vuelta es una investidura masoca". La diputada de Cs ha abandonado finalmente la tribuna de oradores, equiparando el hecho de hablar allí catalán y castellano con el de ser una "persona libre".

Pero mientras Grau volvía a su escaño en la montaña del hemiciclo, Cuevillas ha pedido la palabra y le ha devuelto la pelota. "Señora Grau, usted está en el derecho de hablar en el idioma que quiera, pero le aconsejo que no se trague saliva, por si fuera que tuviéramos un accidente", ha soltado, aludiendo al arquetipo de la lengua viperina.

 

La afirmación de Cuevillas ha irritado al también diputado de Cs Nacho Martín Blanco, quien ha intentado tomar la palabra a pesar de no haber sido citado. "¿Para qué me pide la palabra? ¿Por qué artículo pide la palabra?", le ha preguntado la presidenta del Parlament, Laura Borràs. "Ahora mismo no lo sé", ha respondido Martín Blanco visiblemente despistado. "Por el artículo 90", ha indicado finalmente.

Borràs ha puesto cara de sorpresa, y le ha insistido: "¿Pero por qué artículo?". La discusión ha tomado entonces tonos surrealistas. "¿Es broma, verdad?", ha manifestado Martín Blanco, no suficientemente asesorado. La presidenta del Parlament le ha explicado que el artículo 90 permite a un diputado hacer un llamamiento a la observancia del reglamento, pero en consecuencia debe citar qué otro artículo cree que se ha vulnerado. Al final el diputado de Cs ha argumentado que era por alusiones (el artículo 87), pero entonces el problema ha sido que a él no le había aludido nadie. "Ha sido aludida una compañera", ha argumentado.

Al final, pues, ha sido la misma Grau quien ha pedido la palabra por alusiones y Borràs se la ha concedido. No ha entendido, sin embargo, el zasca del diputado de Junts. "Señor Cuevillas, sinceramente no entiendo la broma, si no la explica. Me gustaría saber por qué usted se piensa que no trago saliva. Si no trago saliva me muero. En todo caso entiendo su frustración, y su necesidad de hacer el papelote, vistas las idas y venidas de la mesa", ha concluido.

Y el Parlament ha pasado a otra cuestión.